Capitulo 7 ❦ Elizabeth Carter / La razón de Ally

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La primera semana después de la muerte de mamá creo que fue la más difícil, no tenía a nadie, mi hermana Haydee estaba peor que yo creo, su hija había sufrido un trauma enorme siendo tan joven y pequeña, aún recuerdo el rostro de mi sobrina Caroline sin expresión alguna, era como si estuviera en blanco, como si todos los sentimientos y emociones hubieran salido de su sistema, mi hermana no había querido llevarla al funeral, lo que según yo era un error pero quién era yo para opinar ¿verdad?.

No había podido pasar suficientes días con Kayla, mi hermana no tenía la fuerza para hacerce cargo de las cosas después de la muerte de mamá asique yo tuve que hacerlo, vender la tienda, poner en arriendo la casa, avisar a cada servicio que alguna vez mi madre tuvo, llevar los documentos de su defunción, todo, lo hice sola.

No podía seguie viviendo en aquella casa sin mi madre asique me arriende un departamento que usaría de vez en cuando, como para las vacaciones que ya estaban cerca.

Cuando volví a la universidad mi hermana me dijo que no podía seguir viviendo en la ciudad, que Caroline estaba empeorando y que los doctores recomendaron un cambio de ambiente asique se mudarian al campo donde había una posibilidad de recuperación, asique ahora estaba totalmente a la deriva, sin ninguna roca de apoyo, no podía culpar a mi hermana por tratar de huir de la situación para tratar de superarla pero admito que me dio envidia que ella tuviera a su esposo que la ayudaba y le daba apoyo emocional y amor, algo que yo ya no tenía.

Ahora más que nunca ansiaba la compañía de los gemelos, deseaba correr a sus brazos y que me consolaran, que me dijeran que todo iba a estar bien y que me ayudarían a avanzar, pero tampoco sucedió, cuando abrieron sus ojos ellos ya me habían olvidado, no lo creí, no lo quería creer pero cuando pase junto a ellos en la universidad fue como si ni siquiera me notarán, era invisible, supe entonces que estaría sola y que tal vez eso era lo mejor.

Me hallaba cada día peor, cada día un poco más hundida y un poco más angustiada, no ayudaba en nada el hecho de que había estado recibiendo unas cartas extrañas y sin sentido, no les tenía miedo ni nada en particular pero no ayudaban a mi estado de ánimo actual, las ignoraba y las botaba, nada más.

Fue después de que me entere de la pérdida de memoria de los gemelos, el día del funeral de mi madre, fue ese día que nació en mi una vía de escape, una pequeña ayuda para guardar toda esta soledad y dolor en el profundo rincón de mi ser, Ally.

Cuando trabaja con Rick usaba aquel sobrenombre por seguridad y sin darme cuenta se convirtió en mi máscara, Ally era valiente y astuta, seductora e inteligente, pero más que cualquier otra cosa Ally no era Elizabeth, no era la chica sufriendo por la muerte de su madre ni la chica que había perdidos a sus dos amores en un solo día, ella era la chica que trabaja en un bar y dibuja para sacar sus emociones, era la chica que le hizo cara a Rodrigo en aquel callejón, era la chica que seducia hombres para ganar dinero, era la chica que bailo en un club y se convirtió en la máscara sin sentimientos que necesitaba.

Aún no dominaba por completo el ir y venir de Elizabeth a Ally, ella era yo por supuesto pero diferente.

Habían veces en las que no podía controlar mis sentimientos y me volvía Elizabeth, como cuando vi a los gemelos en la exhibición de arte de la facultad, había culpado a Kayla por llevarlos y aunque quería matarla me sirvió para comprobar de primera mano como de verdad no me recordaban para nada pero, al igual que la primera vez que vieron a Ally bailando en el club, quedaron encantados conmigo y con razón.

Ally era mi escape, mi ayuda, era mi mitad a la que no le importaba la soledad y tampoco le importaba que los gemelos no la recordarán para acostarse con ellos, con Ally podía respirar.

Cuando fui a la fiesta de la universidad a la que me habían invitado y a la que pude ir sin necesidad de Kayla, era Ally, quería divertirme y anestesiarme, eso deseaba pero el alcohol tuvo el efecto contrario cuwndo me encontré con Evan, eso en definitiva no resultó nada bien, le había recriminado que no me recordarán y en un intento desesperado de que lo hiciera tratare de revivir su trauma al caer al agua, queria creer que no había sido a propósito pero era inútil, sabía que lo había hecho y la culpa era horrenda, qué hubiera pasado si en lugar de que me recordarán o de que no pasara nada, que gracias a Dios fue lo que pasó, hubiera empeorado, qué hubiera hecho.

Cuando desperté en medio de ambos era Ally, me levante, me vestí y me fui, no sentía culpa ni desprecio hacia mi misma porque la que había hecho eso fue Elizabeth no yo.

Hice lo habitual, volví a mi habitación, fui a darme una ducha, me vestí, tomé mis materiales para dibujar y fui a sentarme debajo del árbol más grande de la universidad para dibujar en paz, con los auidofonos el mundo afuera desaparecía, estaba en mi propia burbuja sin emociones en mi pecho pero con todas en el papel, ahí podría verter mi felicidad por haber estado con los gemelos, la culpa por haber tratado de obligar a Evan a recordar, la tristeza de haber perdido a mi madre y...claro, también eso, también el miedo de esa vez y la repugnancia, todo en el papel, nada en mi interior.

Cuando iba a comenzar una hoja de árbol cayó sobre mi, la tomé de mi cabeza que fue donde quedó pegada y la observe.

Estas muriendo pequeña hoja, por qué abandonaste el árbol, creíste que te esperaría algo mejor pero de no ser porque caíste en mi cabeza nadie te hubiera notado, sería una pequeña hoja más en el césped, serias basura, viéndola a simple vista era una hoja perfecta, no estaba rota ni quebradiza, aún se veía algo verde y conservaba algo del líquido del árbol, pero cuando la vez más de cerca tiene manchas de distintos colores, se está secando de a poco, un sufrimiento lento y doloroso hasta que finalmente muera, esa hoja era yo, Elizabeth, las manchas eran mis experiencias dolorosas, no cambiaba mi aspecto pero si mi interior, yo al igual que esta hoja estoy muriendo lenta y dolorosamente, al igual que la hoja en soledad, era yo asique no la pude dejar ir, no la quería dejar morir en el suelo sola, al menos alguien iba a notará aunque fuera solo yo... O eso creí.

- Hola - esa voz vino cuando era Elizabeth y por primera vez en mucho tiempo pude serlo sin sentir un dolor inmenso.

Tres corazones una relación, recuerdos perdidos ❦ SEGUNDO LIBROWhere stories live. Discover now