Capitulo 30 ❦ Kayla/ Alma Gemela

5.6K 550 56
                                    

Algunos podrían creer que haber nacido y crecido entre lujos es lo máximo que uno puede desear en el mundo.

Ganaste la lotería, decían muchos y en parte tenían razón.

Nunca me faltó comida, nunca me faltó ropa, nunca me faltó techo, no tuve jamás necesidades, nunca quise nada y siempre lo tuve todo.

Aun así, a la edad de seis años, solo seis años tuve el descaro de salir corriendo de casa.

Me ahogaba, lo recuerdo, esa sensación no me abandono hasta muchos años después.

Escape, corri, una niña sola por la calles corriendo sin dirección.

Mis padres esperaban demasiado de una, solo tenía seis y ya tenía más maestros que los que cualquiera tendría en toda su vida, me enseñaban modales, me enseñaban idiomas, me enseñaban deportes, me enseñaban arte, todo lo aprendía y con cada cosa que entraba a mi cabeza parte de mi misma se perdía, estaba asustada y cansada. No importa lo que otros pensaran yo no veía que no me faltaba nada solo veía como mis padres no estaban, como me ignoraban, como siempre estaba con desconocidos, todo eso me lastimó siendo solo una niña.

Y entre tanto correr fui a dar a una plaza, es la primera vez que veía una, no había ni un niño a la vista, ni un adulto, estaba yo sola, recuerdo subirme en un columpio y solo quedarme ahí, esperando quién sabe qué.

- Así no te vas a elevar jamás - recuerdo a la perfección aquella vocesita tan aguda e infantil

Cuando alce la mirada era como si un ángel hubiera descendido para acabar con mi miseria, su cabello se veía rubio a la luz del sol y sus ojos brillaban en dorado, que criatura más hermosa.

Cuando se acercó otro poco la fantasía se desvaneció, su cabello no era rubio, era cobre, sus ojos eran más color verde que otra cosa y su piel era casi morena pero con una tonalidad más bronceada.

- No se...- era la primera vez que hablaba en voz alta en mi vida - no se hacerlo...

La niña se sentó en el columpio junto a mi y comenzó a balancearce, imite sus movimientos y en poco tiempo ya nos estábamos elevando una junto a la otra, por primera vez sentí deseo real de reír.

No fingía, estaba honestamente feliz.

Cuando llegó una adulta la niña corrió a sus brazos, parecía su madre, a ella tampoco podria olvidarla jamás y es que en sus ojos podía verse lo amable y buena persona que era, cada poro de su cuerpo exhalaba bondad.

Me acerque a ella sin dudarlo.

Amablemente me llevó a su casa, me dio de comer y aquella niña compartió sus juguetes conmigo, su casa era pequeña, no había mucha comida y los juguetes era usados pero sonreían tanto, pareciera que eran felices desde el fondo de sus corazones, lo que me hizo sentir miserable con mi vida, sentí envidia.

De vuelta al presente

- Aquí entre nos...- les dije a los gemelos - Elly puede decir que somos amigas desde los seis años pero no es así...- lo que sólo me hacía sentir culpable ahora - la verdad es que fuimos verdades amigas hasta los doce aproximadamente, para mi al menos...antes de eso yo era una perra desgraciada...

- No me lo esperaba realmente...- dijo Evan

- Al verlas uno pensaría que si son amigas de toda la vida - dijo Ethan

Los mire y obviamente ellos no entenderían así como así.

- Se los explico así...- aclare mi garganta - ustedes son hermanos, comparten una gran conexión, lo que es genial, se quieren y blah, blah, blah...pero Elizabeth y yo somos almas gemelas, ella es mi media naranja - no sabia como explicarlo - si existiera el hilo rojo del destino ella y yo estaríamos atadas al mismo hilo...

Tres corazones una relación, recuerdos perdidos ❦ SEGUNDO LIBROWhere stories live. Discover now