Capitulo 35 ❦ Ethan / Estupideces

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Ardía de rabia, todo mi cuerpo temblaba de pura ira, no podía calmar los espasmos, el aire frío ayudó un poco al salir a la calle sin camisa, no recordaba donde la había dejado y había salido demasiado molesto para devolverme a buscarla.

Subí al auto y cuando me disponía a retroceder la figura de Evan estaba ahí, dudé un poco entre dejarlo así o pasarle el auto por encima y aplastarlo. Lo pensé.

Se subió al asiento del copiloto pero no le dirigí la palabra.

- ¿Que te pasa? - me pregunto

Qué imbecil, pero si, seguro no sabía porque estaba molesto pero lo había descubierto ya no tenía caso seguir jugando.

- ¿Es en serio? - le pregunté con cierta ironía en mis palabras

- ¿Por qué estas enojado ahora?

- ¡¿Por qué?! - le grite sin perder de vista el camino - tienes que estar bromeando...

Cuando llegue al estacionamiento de nuestro apartamento me baje, no cerré el auto, deje que eso fuera problema de Evan, subí en el ascensor antes de que el subiera y me encerré en mi habitación, ¿Estaba siendo infantil? Si, ¿Me importaba? No.

Ya tuve suficiente de las mentiras y el engaño, ya estaba arto.

Evan comenzó a golpear la puerta de mi habitación muy fuerte mientras yo renfunfuñaba como un niño pequeño al que le habían quitado un dulce.

Opte por abrir la Maldita puerta o este loco la iba a tirar de una patada, ya lo había hecho más de una vez.

Cuando abrí el parecía confundido y molesto.

- ¿Que mierda pasó? - me preguntó y juro que quise romperle la nariz en ese mismo momento

- Deja tus juegos hermano...sabes muy bien que fue lo que pasó - le respondí

El bajo su mirada y suspiro.

- Si esto es porque le dije que la amaba...- lo tome del cuello de la camisa

- Sabes que JAMAS los sentenciaria por sentirse así - lo solté pero su mirada no se relajaba,  no se alejaba de mi

- Entonces por qué te enojaste y saliste corriendo de su casa y huiste - negue con la cabeza, riéndome

- ¿Cuánto más vas a jugar con nosotros? - su mirada cambió a una más precavida

- No se de que estas hablando

- Lo sabes muy bien - me deje caer en mi cama - te conozco desde siempre, se cuando mientes y cuando dices la verdad...se que la amas...no creas que yo no lo hago

- Entonces por qué...- parecía no entender

- Porque no es justo Evan...no es justo que ustedes dos estén iguales y yo sea el único dispar...no funciona así

- ¡Ya ni se de que hablas! - grito, se estaba enojando y yo también

- ¡¿Cuanto más piensas fingir?! - le grite levantándome de golpe

- ¡¿Fingir qué?! - me devolvió y esta vez no contuve mi ira y por primera vez en mucho tiempo le di un golpe a mi gemelo

La sangre de su nariz estaba en mis nudillos, no me sentía culpable, era muy pronto para eso.

- No estaré en una relación a medias donde soy el único rezagado - tome una camisa de mi closet y me dirigí a la puerta

Evan me tomo del hombro y cuando me voltee sabía que lo diría, su expresión era de vergüenza y resignación.

- No quería que lo supieran...ni tu ni Eli - me reí otra vez

- No funcionó muy bien ¿verdad? - el negó

- Ella no lo sabe...ni con mi declaración de hoy lo averiguo...se subestima demasiado como para siquiera creer que podía ser verdad... - lo sabía, sabía eso

- ¿Cuándo? - le pregunté

- ¿Cuándo qué? - voltee los ojos

- ¿Cuándo recuperaste tus recuerdos?

El silencio inundó el lugar por unos segundos hasta que se resignó a decirlo.

- La noche después del incidente de la galería...- miró sus manos - me inundó el odio y la rabia...no me había sentido así jamas pensé en ese momento...pero me equivoque, ya nos habíamos sentido así antes...por culpa del imbecil que si lo alcanzo a hacer hermano...- sus ojos casi ardían de rabia y su cuerpo comenzó a temblar - vino a mi como un huracán...todo lo que pasó, lo bueno y lo malo... incluyendo el accidente, todo vino a mi...

Por primera vez sentí a Evan como mi superior, sabía cosas que yo no podía recordar y tenía la posibilidad de estar a su lado para consolarla con todos los recuerdos que los tres habíamos compartido pero que solo ellos recordaban.

Abrí la puerta.

- ¿A dónde vas? - me preguntó

- Necesito mi tiempo Evan...y mi espacio para pensar.

Termine esa oración y salí de ahí. Cerré la puerta a mi espalda.

A pie llegue hasta un bar en el que había decidido emborracharme hasta que se me olvidara todo, Evan, Elizabeth, mis padres todos.

Una chica se sentó a mi lado en la barra, era rubia con un par de senos inmensos en los que podría hundir mi rostro y morir en paz, tenía unso ojos azules que hipnotizaban, sus labios eran carnosos y rojos, ella no dejaba de mirarme y yo no me molestaba en apartar la mirada.

Cuando me sirvieron mi tercera ronda de vodka le pedí uno a ella.

- A tu salud preciosa - le dije mientras me bebía el vaso de un sorbo

Ella me imitó y sonrió.

- Gracias - me guiño un ojo - ¿Que haces tan sólito? - se acercó a mí

Sus senos ahora tocaban mi brazo y su mano tocaba la mía.

- ¿Alguna vez has visto a un hombre ahogando sus penas en alcohol? - ella asintió- pues eso hago

- He visto muchos hombres ahogándose en alcohol y no se ven ni la mitad de bien que tu...- yo reí

- Soy el chico mas sexy que vas a ver...- tal vez incluyendo a mi gemelo

- Me gustaría ver cada parte de este chico tan sexy...en un lugar mas privado tal vez - nos sirvieron dos mas

Tome el mio y brinde otra vez con ella.

- Porque todos de vayan al demonio - dije

- Por una noche inolvidable - dijo ella

Bebimos ambos en un segundo y no supe más de mí después de eso.

Me estaba sintiendo muy bien, excitado y estaba listo, estaba seguro de que tenía una erección aunque no sabía dónde la estaba metiendo.

- Vamos cariño...dámelo - Esa voz no me sonaba para nada familiar - aquí...aquí...

Mierda.

No estaba haciendo lo que creía que estaba haciendo verdad, díganme que no.

Abrí los ojos y creí ver algo pero todo se veía borroso, había poca luz, estaba acostado eso lo sabía pero no recordaba donde estaba, levante mi mano y escuche un gemido femenino, trate de retirar mi mano de eso suave y esponjoso pero la retuvo.

- Tocame, Tocame cariño....- mierda, mierda, mierda

Otra vez me fui a negro, por favor eso no.

Abrí los ojos otra vez, esta vez alguien me arrastraba, mis piernas apenas respondían, no sentí el golpe cuando me tiro dentro del auto. Al fin, un aroma familiar, olía a ella.

- Elizabeth...- fue lo único que pude decir antes de caer desmayado totalmente aunque si alcance a escuchar una voz que me hizo sentir seguro para desmayarme

- Que hermano más idiota...- sonreí ante sus estúpidas palabras y pase a mejor vida.


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Tres corazones una relación, recuerdos perdidos ❦ SEGUNDO LIBROWhere stories live. Discover now