Capitulo 24 ❦ Ethan / La Oscuridad Pasada

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Fue la noche más larga de mi vida.

Saque en silencio a Elizabeth en mis brazos, lejos de aquel lugar, queria pensar que ella podría volver a ver una galería y no recordar esto, de alguna manera sentía un extraño deja vu, no quería pensarlo demasiado en este momento, cubierta con la frazada que Evan le coloco encima la subi a nuestro auto, prácticamente se acostó en el asiento trasero del vehículo.

Pasamos a la comisaría para que Elizabeth diera su testimonio, mamá insistió en que lo hiciera para que no tuviera que revivirlo después, entraron ambas y en media hora Elizabeth cubierta con la misma frazada fue a los brazos de Evan, lo abrazo y tomó mi mano, yo asenti, obviamente quería irse de ese lugar.

Llegamos a su casa, Evan la llevaba en sus brazos, la recostó en su cama, nos preguntábamos si ella no quisiera hacer otra cosa pero nada, no hablaba, casi ni nos miraba, Evan y yo tampoco hablábamos, la dejamos y nos sentamos en su sofá, dejamos salir un suspiro largo.

- Hay que llamar a Kayla...- dijo Evan, Asentí

- La llamaré ahora - dije, marque su numero y espere, sino una voz y contesto de inmediato

- ¿Como esta? - pregunto de inmediato en cuanto contestó

- Ya estamos en su casa...no ha dicho nada desde que dio su declaración en la comisaría, Esme se está haciendo cargo de todo...- hubo un silencio hasta que Kayla se atrevió a hacer la pregunta

- ¿Alcanzó? - su voz casi quebrada - dime...por favor dime...que no sucedió

Entendía completamente su miedo.

- No - al fin suspiré aliviado, note que todo este tiempo había evitado pensar en eso - llegamos justo a tiempo...

Esa escena no se me olvidaría por nada del mundo, Elizabeth llorando con sus ojos cerrados sobre esa cama y el cuerpo de aquel hombre apuntó de hacerla suya...a la fuerza, en contra de su voluntad.

Lo siguiente fue impedir que mi hermano matara a aquel imbecil, yo alcance a darle un puñetazo pero Evan, lo dejo medio muerto, dos oficiales lo tuvieron que sacar de encima del sujeto, la verdad es que no hice un gran intento por controlar a Evan, esperaba que ese tipo viera su rostro mañana.

- Gracias al cielo...- suspiro aliviada Kayla - seria demasiado...en fin, yo voy en camino ahora

- Si, espero que ella te escuche a ti...- era mi turno de hacer la pregunta - ¿Cómo lo supiste?

- Esperaba equivocarme...- escuché el sonido de un auto a través del celular - me pareció familiar ese nombre cuando Elizabeth lo dijo...habian rumores, es muy fácil para la gente con dinero hacer desaparecer denuncias de ese tipo ¿sabes?, asique cuando lo escuche le pregunte a mi papá de inmediato y el me lo confirmó, han habido infinidad de denuncias contra ese tipo pero como siempre...

- La justicia ¿no? - ella volvió a suspirar, esta vez frustrada

- Si...como siempre hicieron borrón y cuenta nueva con un buen bono para el juez que lo declaró inocente - Maldita puerta giratoria de la justicia que no sirve para nada

- Esme se encargará de que ahora si reciba un buen castigo...y Evan se encargo de que tengan que hacerle un par de buenas operaciones en el rostro en especial - escuche una ligera risa de Kayla

- Ya voy llegando, hazme un favor y llena la tina de agua caliente, muchas toallas y...busca sus pastillas ¿si? - este era uno de esos momentos, no sería abusar del medicamento, seguramente lo necesitaría

- De acuerdo...- colgó de su lado y mire a mi hermano

Su rostro se veía más relajado, sus nudillos sangraban, le dije que llenará la tina y llevara toallas al baño, yo entre a la habitación, Elizabeth seguía exactamente en la misma posición en que Evan la dejó, sus ojos no se habían movido de ese punto en la muralla, queria acercarme pero no quería asustarla, tomé el tuvo de pastillas que estaba sobre la mesita junto a su cama, salí de la habitación y la puerta sono.

Abri la puerta y Kayla estaba sudando.

- ¿Que pasó? - le pregunté, ella entró a la casa con una bolsa de tienda en sus manos

- El ascensor... - respiración pesada- se estaba demorando... - otra vez - demasiado... asique subí las escaleras

Cayo de rodillas al suelo, la serví un vaso con agua y le levantó, Evan salió del baño.

- Está lista la tina...- Kayla asintió y entró a la habitación de Elizabeth

- Hola linda...- se recostó a su lado mirando el mismo punto en la muralla - fue una mala noche...- Elizabeth asintió despacio - estabas muy asustada...- volvió a asentir, Kayla la abrazo y comenzó a pasar sus dedos por su cabello - hueles feo...- Elizabeth negó - si, hueles feo...pregubtale a Ethan y a Evan te van a decir que si...

Por primera vez esta noche sus ojos fueron hacia mi y hacia mi hermano, mi corazón dolía de una forma tan desconocida, lo odiaba, odiaba sentirme así, aun así, verla tan delicada y frágil me hizo sonreír.

- Hueles feo...- dije, Evan asintió a mi lado

- Ves...debes ducharte...- dijo Kayla

Despacio mientras abrazaba a Elizabeth se fue sentando en la cama, me hizo una señal para que la ayudara y lo hice, tome en mis brazos a Elizabeth y la lleve hasta el baño.

Kayla nos dejó fuera del baño a Evan y a mi en lo que ella se ocupaba de Elizabeth.

Fui al refrigerador, sentí cierta tranquilidad al ver que no había rastro de licor, también el frasco que Kayla me pidió y deje sobre la encimera de la cocina estaba la misma cantidad que cuando terminamos el viaje, se estaba recuperando y ahora...aprete mis puños.

Sentí una palmada en mi espalda.

Mi hermano y yo compartimos una mirada, lo sabía, el pensaba como yo pero era su turno de tranquilizarme, solo un abrazo, eso fue suficiente, el apoyo incondicional de mi hermano, nos separamos.

Paso media hora hasta que Elizabeth y Kayla salieron del baño.

Kayla la abrazaba, Elizabeth solo iba envuelta en una toalla.

La llevó hasta su habitación, le entregue la bolsa.

Otros diez minutos, cada segundo era una eternidad, no escuchaba su voz, no hablaban o si lo hacían era en voz baja, me estaba volviendo loco, solo quería saber si estaba bien y Evan perdía la paciencia, estaba volviendo a ser el hermano que recordaba, incapaz de controlar sus emociones por la chica que le gusta, si es que esa palabra alcanzaba a describir lo que sentíamos por ella aunque lo dudaba.

Cuando Kayla al fin salió su rostro era de tristeza.

- Escuchen...- jugaba con sus dedos nerviosamente - ella hablara con ustedes...si después de eso quieren irse está bien porque yo me quedaré con ella...

Esto tampoco me gustaba mucho, parecía que la conversación que fuéramos a tener iba a cambiar la naturaleza de nuestra relación.

Tres corazones una relación, recuerdos perdidos ❦ SEGUNDO LIBROOù les histoires vivent. Découvrez maintenant