Capitulo 23 ❦ Elizabeth / De Mal En Peor

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La noche avanzaba lentamente, a una velocidad tan baja que parecía que las tortugas se volvían más rápidas, estaba aburrida de convivir y mis mejillas dolían de tanto fingir una sonrisa, nunca pide encontrar a Alex otra vez lo que me ponía mucho más incomoda con la situación actual, qué tan difícil era encontrar a un tipo tan alto como él.

Daba vueltas sin parar por la galería y trataba de alejarme de la multitud, seguía sintiéndome incomoda, más en un lugar lleno de mis pinturas, nadie lo veía como yo lo hacía, en cada una de esas pinturas yo veía una parte de mi alma rota, cada lagrima derramada y cada grito ahogado, esta situación era desesperante, veía mis penas y sufrimientos en cada muralla.

Dejé la copa de champaña que al fin estaba vacía y casi tibia de tanto tiempo que la estuve sosteniendo, subí nuevamente al segundo piso de la galería donde estaban las obras que no se colgaban aún, las luces estaban apagadas, vi un sofá cerca del ventanal que dejaba ver el paisaje exterior y me senté, me sentía cansada, quería cerrar un rato los ojos y descansar.

Saque mi celular para llamar a Alex, quería irme a casa y descansar, vi que tenía muchas llamadas perdidas de Kayla pero no tenia ánimos de hablar con nadie en este momento.

Alex no contestaba mis llamadas, en definitiva me iría sola, tomaría un taxi o lo que fuera pero deseaba irme.

- Ahí estas - la voz de una hombre me hizo alzar la mirada, era Camilo - te estuve buscando abajo

- Estaba cansada de sonreír frente a tanta gente que no conozco - conteste honestamente

- Entiendo - se acercó con dos copas de champaña en sus manos - pero esa gente también son tus futuros compradores, son prácticamente inversionistas

- Esa parte es cosa tuya - le dije - mi trabajo es pintar y el tuyo venderlo, si las quisiste exhibir es porque sabes que valen

- O porque la artista es muy hermosa - alce una ceja, qué clase de linea para coquetear era esa

- ¿Esa línea te funciona alguna vez? - le pregunté

- Te sorprendería - su sonrisa narcisista me dio mala espina y me provocó un escalofrío que recorrió mi espalda

- De acuerdo...- me levante - voy por Alex quiero irme a casa

Me disponía a salir de la habitación cuando Camilo me tomo del brazo, seguí sonriendo.

- Temo que tu y yo no nos llevaremos muy bien - Asentí

- Tienes razón - levanto del suelo las copas que había dejado y me extendió una

- ¿Puedes brindar conmigo una vez? - no he bebido mucho asique un trago no haría daño supongo - por nuestros futuros y exitosos negocios

Tomé la copa y las chocamos.

- A tu salud Elizabeth - alce otra vez la ceja mientras bebiamos

Fue en ese momento cuando todo se fue a la mierda.

Cuando la vida te ha esculpido en la cara tan duro como a mi no te esperas que lo vuelva a hacer, pero como suele ser mi vida en estos momentos por supuesto que me relaje, en mi estúpida mente pensé: pues...me has golpeado mucho y supongo que ya termino.

Como siempre, me equivoque.

Pequeños destellos de conciencia venian a mi cada cierto tiempo.

En un momento la copa caía al suelo, mi mano había dejado de funcionar, mi cuerpo no funcionaba, no respondia como yo deseaba.

Al siguiente estaba en los brazos de alguien, una persona me cargaba, qué estaba pasando, no entendía, sabía que mi cuerpo no temblaba pero por dentro si que lo estaba haciendo, todo esto me parecía familia de una forma horrible que deseaba a olvidar desesperadamente.

A mi mente venían esas imágenes, esa fuerza opuesta a la mía que deseaba algo que no quería darle pero que tomaría a la fuerza.

Sentí a alguien sobre mi cuerpo, tocandome, recordé ese momento meses atrás cuando Robert...me violo.

Iba a pasar otra vez, no se que fuerza divina insistía en darme golpe tras golpe, era como si algo realmente no quería que fuera feliz.

Lo único que mi cuerpo sin vida me concedía eran las lágrimas, eso sí podía sentirlo, las lágrimas en mi rostro, cayendo una gota tras otra, mi mente divagaba, no quería estar aquí cuando pasara, no quería estar en mi cuerpo cuendo todo llegara a su inevitable final, quería abandonar la poca conciencia que tenía en este punto.

Me pareció tiempo eterno, me preguntaba si la pesadilla ya había acabado, si al fin habia terminando y cumplido con su cometido.

No me atrevía a abrir los ojos y me rehusaba a recuperar la conciencia a menos que todo hubiera pasado, no quería verlo, no quería ver mi cuerpo en tal deplorable estado.

-...beth! - alguien grita - despie...- ¿quién es? No quiero abrir mis ojos, déjame morir en paz por favor...

- Levantala...- una voz diferente que no me deja ir tranquila

Espera...no estoy muriendo...pero mentiría si dijera que no lo deseo, ya ha sido demasiado, mi corazón y mi cuerpo no resisten esto ni un minuto más.

- Despierta...- no quiero, dejame - ya estas a salvo...

- En nuestros brazos...- sus voces me relajan

Reconozco estas voces muy bien, me hacen reír, me hacen querer vivir cada día.

Abrí mis ojos lentamente.

Había luz a mi alrededor, al principio no había sonido alguno, mis ojos fueron a la esquina de la habitación que era incapaz de reconocer.

Era Alex, se sostenía de la muralla con el celular en la mano, parecía que iba a estallar, estaba rojo y no entendía de que pero juraría que una vena de su frente iba a entrar en erupcion.

Mi vista cambió al sentir un pellizco en mi brazo, baje la vista, parecía una enfermera por su uniforme de un solo color, sacaba sangre de mi brazo.

Otro sonido familiar, el sonido de esposas al ser cerradas alrededor de unas muñecas. Cuando seguí aquel sonido fue todo un maldito deja vu, Camilo siendo esposado por un oficial y sacado de la habitación como todo un criminal.

Mi interior aún se debatía entre el alivio y la desesperación.

Levante la vista y vi a uno de mis gemelos, quise llevar mi mano a su rostro pero solo se alzó un poco en el aire y cayó de nuevo.

- Esta bien...- era Ethan, su voz calmada tratando de darme tranquilidad - todo esta bien...

- Abrió sus ojos...- de pie junto a mi estaba Evan, lucia preocupado - amor...ya todo esta bien...

- No la presionen chicos - Esa voz tan femenina y llena de confianza me hizo querer levantarme y sentarme como corresponde, en cambio la mano de aquella mujer acarició mi rostro tiernamente, como solo una madre sabría hacerlo - hola preciosa...ya todo esta bien, me encargaré de todo, no volverás a ver a ese imbecil...

- Es...Esm...Esme - es lo único que salió de mis labios

Su sonrisa comprensiva me hizo ver que sabía lo que querida decirle.

- No tienes que agradecer nada...- Esme beso mi frente y escuche sus tacones alejándose

La chica que sacaba sangre de mi brazo sacó la aguja y se puso de pie.

- Ya esta...- guardo en una caja la sangre - enviaremos esto al laboratorio para hacer las pruebas que solicitó

Supuse que le hablaba a Esme porque miraba en la dirección en la que se fue.

Mi cuerpo aun se sentía sin vida cuando note que me alzaban, seguía en los brazos de Ethan, quería sujetarme de su cuello pero mis brazos no respondían, Evan cubrió todo mi cuerpo con una manta negra. Sus ojos se detuvieron en los míos antes de cubrir mi rostro, se acercó a mí rostro y beso suavemente mis labios.

- Todo esta bien...- me dijo.

Pero la verdad es que no parecía que nada fuera a estar bien otra vez.

Tres corazones una relación, recuerdos perdidos ❦ SEGUNDO LIBROWhere stories live. Discover now