Capitulo 14

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Se fue

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Se fue...

Eso se repetía una y otra vez en mi cabeza. Estaba conmocionado, como si me hubieran golpeado en la cabeza y mis oídos produjeran ese pitido horripilante parecido al que la máquina hace cuando el corazón deja de latir.

Esto no podía estar pasando. De ninguna manera.

No podías irte cuando alguien te tiene en la mira, no cuando recién estaba volviendo a vivir, cuando había decidido jugármela por ti. No te puedes ir cuando yo ya te estaba empezando amar así.

Me puse de pie de un salto, el sueño que tenía se había ido por el caño, aun así estaba mareado. Recordé el ron de anoche, tal vez la medicina y el alcohol se habían juntado en mi sistema pero no era para tanto. No era como si me hubiera tomado una botella...¡Fue un trago! Y mi cabeza sentía ser un barco en un tsunami.

No podía vestirme a la prisa que exigía mis ganas de estar de bien y correr. Ella estaba a pie, dudaba que hubiera agarrado mi auto para conducir y eso me enojaba aún más, estaría en peligro.

Cuando por fin pude vestirme, salí al pasillo el cuál me parecía infinito y más oscuro que antes, me sostuve de las paredes antes de poder llegar a las escaleras, la sala aparecía como un gran pozo negro y si venía tres escalones ante mi era demasiado.

Tenía la cabeza pesada y mi cuerpo adormecido, literalmente tenía como el efecto del alcohol, mareado, confundido y apenas entendía la realidad. Me preguntaba si hacía mucho que te habrías ido...y ¿Cómo?

La casa tenía más códigos que la NASA y estaba sumamente a oscuras, comprendí que los faroles del jardín estaban apagados, hacía mucho había pensado sobre el miedo a la oscuridad, de hecho era una de mis principales fobias, y es que en realidad no le tememos a la ausencia de luz, si no a lo que en ella se oculta. Los que usaban la oscuridad lo hacían para atacar y tener más chances de vencer. Así fue como llegué a mi punto, usarlas a mi favor. Vencí el miedo y ahora estar a oscuras me sentía protegido, tenía ojos yo ahí adentro y podía verlo todo.

Un ruido se escuchó en planta baja y la ilusión de que hubieras quedado atrapada allí picó en mi interior, pero también había algo extraño ¿Por qué estábamos a oscuras?

Llegué al final de las escaleras y a paso lento y silencioso me deslicé hacía el sofá y de allí al suelo. Traté de observar movimientos de calzado en alguna parte. Mi sentido común gritaba que tome el arma que estaba escondida bajo el sofá.

¿Y si Lin se había ido y en su lugar entró el que nos está marcando? ¿Por qué la luz cortada? Ya no creía en apagones casuales después de lo que sucedía en mi vida. Entre tanto tomé el arma y esta vez me moví seguro. Un poco más claro abrí la puerta que conectaba a la última planta, suspiré aliviado...

— Casi me da un infarto — dije cuando tus ojos me encontraron — Lin ¿Pensabas irte? ¿Así como así? — no, eso no estaba dentro de la posibilidades y menos que menos de noche, en plena madrugada.

Bajo Llave | Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora