Capítulo 20

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El olor a moho, a humedad, el frío y la mugre de esa celda eran insoportables

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El olor a moho, a humedad, el frío y la mugre de esa celda eran insoportables. Tres paredes grises y una reja negra. La luz del tubo fluorescente parpadeaba avisando que estaba próxima a quemarse y dejarme sin luz, tampoco era como si podía ajustarla o algo así ya que las resguardaba una especie de jaula. La celda de enfrente estaba vacía, no había visto a ninguno de los chicos y supuse que había sido estrategia para que no pudiéramos ponernos de acuerdo en algo. Sin embargo era inútil, en el caso de que tuviéramos que hablar, ya teníamos una historia preparada. A medida que surgieron los hechos esa noche se fue ideando la historia. Pero por otro lado ellos ya tenían las pruebas, pruebas de que no éramos inocentes, aun así, no tenían el "¿qué pasó?".

Un oficial agitó las llaves llamando mi atención.

— ¿Ahora sí vas hablar? — preguntó nuevamente, llevaba dos días aquí y mi respuesta siempre era la misma.

— ¿Ella me va a interrogar? — pregunté, el oficial suspiró, cansado de lo mismo. La primera vez que me llevó a la sala de interrogatorios, simplemente me quedé mudo.

— Ese no es su trabajo — explicó, palabras que ya conocía — Ella ya está en otra misión — había reiterado esa oración cada vez que venía a la celda.

¿Seduciendo a alguien más?

El hecho de imaginarte tocando a alguien más, sonriéndole, hablándole mentiras, cocinando para otro, dolía y provocaba una ira en mí que apenas podía contener.

— Está tu abogado — dijo, alcé la mirada sin comprender, creía que Nam estaba detenido al igual que todos — es de la empresa de tu padre — explicó, asentí, seguro había llegado la noticia a la empresa y el gerente envío el abogado.

— Envíalo de vuelta — dije, no quería nada que viniera de esa empresa, nunca la considere mía y después de lo que había pasado, tomar algo de ahí lo consideraba algo que no merecía.

— Florecita...si no hablas, te haremos hablar, nosotros tenemos nuestros métodos — habló soltando las palabras con una sonrisa.

— ¿Es una amenaza? — claramente lo era, ahora le llaman métodos a la tortura, quise reír de la ironía de la situación. Pasé de estar mimando a una mujer a que me entregara a "métodos policiales".

— ¡No! ¿Cómo crees? — fingió asombro e inocencia — simplemente te estoy contando lo que le sigue al arresto — sonrió enganchando sus llaves al cinturón negro.

— Te ofrezco un trato...si ella me interroga, va a tener la historia y no van a ser necesarios los....métodos — ofrecí, espero que acepte, ya vería después qué contar y que no. Omitiendo algunas cosas que no son de mi índole. El oficial pareció pensarlo durante unos segundos, parecía realmente estar evaluando la situación, era la única condición que ponía ¡Vamos! Se las habían arreglado para atraparme a mí y a los demás de un solo golpe ¿Qué les costaba ponerla a ella delante de mí? Mi respuesta fue una sacudida de cabeza en forma negativa y con resignación antes de desaparecer por el pasillo.

Bajo Llave | Jeon JungkookWhere stories live. Discover now