Soledad, eso es lo que hay en estas cuatro paredes.
Salir, correr, ordenar, es lo único que hago. Una rutina, monótona.
Pero eso cambió cuando te encontré, frente al muro, desnuda, sola, hambrienta y tan mía.
Joder, cuando te ví, solo quería llevar...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Un Mercedes Benz traspasó los altos portones de mi propiedad, el vehículo último modelo avanzó de manera lenta y pausada haciendo gala de lo lujoso y caro que era. Se estacionó frente a mí, aun costado del camino donde lo estaba esperando yo, a unos cuantos metros de la casa. Mi amigo bajó de su auto luciendo unos Ray.Ban's en un día nublado, puse los ojos en blanco, a puesto que sería el único de traje...y un tapado de Gucci. Su sonrisa arrogante acompañaba su estilo tan oscuro, los zapatos brillaban, como todo en él, desde su reloj pulsera de plata hasta el portafolio de cuero negro con hebilla también de plata reluciente y sus iniciales "KNJ" grabadas...
- ¿Envidia? - ¿No iba haber un "tanto tiempo" "buenos días"? No, claro que no.
- La extravagancia no es lo mío - respondí, la frase de un tema en español llegó a mi mente "el lujo es vulgaridad"
- ¡Envidia! - afirmó expandiendo aún más su sonrisa, suspiré resignado al día de hoy, esto recién comienza.
- Y luego te asusta de que te sigan en la calle, milagro que no viniste en un helicóptero - ironicé, eché una mirada al portafolio ¿Para qué lo traía? Pero viniendo de él, ya para qué preguntar.
- Se averió un hélice - bromeó, se puso a mi lado, ambos mirando los portones abiertos a la espera de los dos faltantes - ¡Ahg! Tenía la ilusión de que me estaba haciendo esperar...y éstos dos vienen a quitarme el papel - desprendió su saco y echó una mirada a la casa - ¿Y E.T? - preguntó, fruncí el ceño antes de protestar.
- ¡¿E.T?! - exclamé ofendido.
- Cayó del cielo -explicó tranquilo, suspiré reteniendo mi ira asesina.
- No. Le. Vuelvas. A. Llamar. Así - dije palabra por palabra con los dientes apretados, él me miró de arriba abajo antes de soltar una risotada.
- Vaya...te tiene sujetado de las bolas ¿Eh? -
- Como le llegues a....- no termine de decir ya que el KIA de Jin pasó las puertas de mi propiedad a velocidad luz, las ruedas del auto chillaron contra el suelo cuando lo estacionó a milímetros del auto de Nam, quién se había quedado de piedra, sentí mi mandíbula caer - ¡El auto! - dijimos ambos al mismo tiempo, ¡Lo que me faltaba! Un choque en mi territorio. Jin bajó apresurado a ver el parachoques de su vehículo, pude observar como YoonGi se llevaba una mano a la frente deseando no estar allí.
- ¡Bestia! Conduce con cuidado idiota, aún me duele - gritó desde dentro del auto. Nam se acercó a rodear el vehículo y le abrió la puerta para ayudarlo a bajar. Se lo veía pálido, demacrado y hasta más delgado. Caminó un par de pasos con las manos sobre sus costillas, casi a la altura de su corazón. Volver a verlo fue como revivir parte del pasado y al mismo tiempo me sentía como en familia, había disputas y no todos nos llevábamos bien pero había algo que nos unía, aún que sea macabro y sombrío. Alzó la mirada encontrándose conmigo y hubo un momento de silencio.
