Capitulo 31

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Alexia

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Alexia

Otra vez me encontraba abriendo aquella puerta, el perfume a jazmines golpeó mi nariz fuertemente y unas náuseas terribles me hicieron fruncir el entrecejo. Mi olfato era bastante bueno como para olores tan fuertes, sabía que al cabo de un rato mi cabeza dolería y saldría de aquí con las paredes girando.

— ¿Y cómo te sientes? — preguntó acomodando sus anteojos de pasta, era muy mala para sacar edades. Podría tener unos veintiséis años o tal vez pasar los treinta, lucía joven y muy arreglada.

— Igual que la semana pasada — respondí acomodándome en aquella silla a la que estaba acostumbrada. El consultorio, a diferencia de otros, estaba decorado de una manera muy personal, con fotografías de ella en distintas partes del mundo, flores, cuadros y paredes verde claro.

— Sabes a lo que me refiero — dijo alzando la mirada de sus papeles, el bolígrafo en sus dedos siguió escribiendo a pesar de que sus ojos me estudiaban.

— Creo que usted está equivocada — la especialista solo sonrió con pesar y negó, pasó a quitarse los lentes y mirarme abiertamente.

— Me encantaría pero...— señaló a un gran mueble cargado de libros —...ellos me enseñaron bastante, ¿Es que no lo ves? Eres diferente a los demás niños — en aquel momento yo me incomode, el uniforme del orfanato se veía pulcro pero un tanto arrugado. Presté atención en tratar de alisarlo con mis manos.

— Solo porque me parecen aburridos sus juegos no quiere...—

— Ni siquiera te expresas como una niña, tienes solamente un amigo que prácticamente está detrás de ti todo el día, además sé que el orfanato tiene otras actividades en las que el director no quiere que te involucres por miedo de lo que pueda llegar a pasar y créeme que para que él tome esa decisión...tiene que ser serio — dijo interrumpiéndome, sí, era cierto, el director me miraba diferente a los demás niños, no podía identificar qué era lo que en su mirada había cuando me prestaba atención pero había notado cierta diferencia.

— ¿Se refiere a que no salgo a la calle a trabajar al igual que los otros niños? — solté, mi pelo cayó a un lado mío, sujeto en una trenza. La psicóloga se quedó inmóvil por unos instantes para luego volver a ponerse sus gafas.

— No nos olvidemos de por qué estás aquí — dijo volviendo al tema — hubo un problema con el registro civil ¿Sabes lo que es? — negué cuando alzó la mirada para verme — bueno es dónde las personas se anotan con nombre y apellido y comienzan a existir para el mundo entero — explicó.

— Creí que ya existía yo — murmuré llevando una mano a mi pecho, allí abajo estaba mi corazón latiendo.

— Bueno, biológicamente sí, legalmente no, ocurrió un problema al parecer hace unos años cuando llegaste, no se dieron cuenta hasta hace dos días — explicó — el nombre que usabas ya no es posible ¿Cómo te gustaría llamarte? — preguntó echándome una mirada que supuse que era neutral.

Bajo Llave | Jeon JungkookWhere stories live. Discover now