El primero de los sentidos que volvió a mí fue el de la sensibilidad, algo en mi cuello molestaba, como picadura de mosquito. Abrir los ojos bastó para saber que la oscuridad se movía, no, más bien mi cerebro parecía estar en movimiento, parecía latir dentro del cráneo. No podía decir dónde estaba ni cómo había llegado ahí, mucho menos qué había pasado. Volví a cerrar los ojos tratando de aliviar la soberana migraña que llevaba, sea en lo que sea que estaba apoyado se movió y mi cabeza besó el suelo provocando un sonido seco. Mi dolor de cabeza aumentó diez veces más y tuve que permanecer en silencio y quietud para recobrar los sentidos y la fuerza. Llevé la mano a mi cara para pasarla por todo mi rostro como habitualmente hago para despejarme pero el sonido de cadenas y algo frío en mi muñeca me detuvo en el acto.
— ¿Qué carajos...? — abrí los ojos e intenté incorporarme fallando terriblemente.
— Es lo que me pregunto yo ¿Qué carajos estás haciendo aquí? — y tú voz le dio paso a mi conciencia, uno a uno fueron cayendo los recuerdos, los hechos. La televisión, las noticias, mi búsqueda, el bosque, la casa, el palomar...
— Tú...— inmediatamente giré la cabeza llevándome todo el mareo con el movimiento. Allí estabas, a pocos centímetros de mí, viva y...mi vista bajó a ese enorme vientre. Lo había olvidado por completo, habían ocurrido tantas cosas que aquello había pasado a segundo plano, la posibilidad de que estuvieras embarazada había sido alta y sin embargo, mi cabeza había decidido omitir el detalle. Una pequeña sonrisa apareció por mis labios, una vocecita dentro de mi cabeza me felicitaba y festejaba por todos lados, en mi pecho abundaba el orgullo y cuando fui a levantar la mano para tocar, me detuve en el acto ante la amenaza de tu voz...
— Como llegues a decir una sola palabra en este momento, romperé tu cara — levanté la vista, tu rostro no tenía una sola emoción y el sonido de tu voz fue tan bajo pero tan cortante al mismo tiempo que tuve que reconsiderarlo todo antes de si quiera hablar. Asentí y me volví a mi lugar, no podía mirarte sin que mi atención recayera en el vientre.
— Gustó en verte también — bromeé acomodándome en mi lugar, no sabía cómo actuar delante tuyo y es que la última vez que nos vimos, habías confiado en mí, me habías entregado el archivo. Y había sido hace tanto tiempo.
— Te hacía en prisión — sonreí al momento que bajaba la cabeza ¿Qué esperaba? ¿Un recibimiento caluroso? ¿Gracias por encontrarme?
¡Okay, JungKook, no te desesperes, ella es especial, ella no sabe todo lo que pasaste para estar aquí!
— Y yo muerta — solté, bien tal vez no tuve mucha delicadeza, sin embargo, me gané tu mirada, una analítica, claramente te llamaba la atención mi aspecto —¿Quién nos tiene? — preferí avanzar por otro camino.
— ¿Crees que si supiera estaría todavía aquí? — bien, había cierto enfado en aquel tono de voz, cúlpame por sentirme satisfecho de que al menos te hice enojar, aunque no sea la reacción que buscaba en estos momentos — ¿Cómo fue que me encontraste? —
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Bajo Llave | Jeon Jungkook
FanfictionSoledad, eso es lo que hay en estas cuatro paredes. Salir, correr, ordenar, es lo único que hago. Una rutina, monótona. Pero eso cambió cuando te encontré, frente al muro, desnuda, sola, hambrienta y tan mía. Joder, cuando te ví, solo quería llevar...