Soledad, eso es lo que hay en estas cuatro paredes.
Salir, correr, ordenar, es lo único que hago. Una rutina, monótona.
Pero eso cambió cuando te encontré, frente al muro, desnuda, sola, hambrienta y tan mía.
Joder, cuando te ví, solo quería llevar...
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El sábado había pasado entre besos y demás, entre delicias y vino. Todo estaba tan calmo que hasta se veía sospechoso. Esto duraría poco, aun me encontraba pensando en qué hacer, había recibido el mensaje de Jin informando que mañana mismo sacaría a Yoongi del hospital y lo traería, era una locura, un riesgo. Mi teléfono sonó en mis pantalones, la noche había llegado y como habitualmente hacía, salí a correr por mi territorio.
- Hola - contesté frenando, mi respiración era irregular y la brisa fresca de frente no me ayudaba a estabilizarme.
- Dime que no atendiste el teléfono en pleno acto - puse los ojos en blanco.
- El día que no pienses en sexo te voy a desconocer - hablé un poco tentado de la risa, había cosas serias que nos estaban pasando y éste pensando en follar.
- Se te escucha agitado y pensé que el juez estaba en su oficina - reí recordando las metáforas que nos dijimos.
- Salí a correr Nam...- corté el rollo, me soné el cuello y sentí la incomodidad de estar sudado.
- ¿Tienes una mujer en tu casa y sales a correr? ¡Dios le da pan al que no tiene dientes para comer! - exclamó en un suspiro melodramático - ¡En fin! mañana nos veremos...- dejó caer el comentario, había algo más en esas simples palabras.
- ¿Qué sucede? - indagué a que prosiga.
- Creo que me han estado siguiendo además...- podía sentirlo nervioso, alterado -...no sé cómo pero mis clientes se están retirando - fruncí el ceño, de acuerdo, alguien nos estaba casado pero de ahí a que ¿Tuviera el poder de quitarle clientes a uno de los mejores abogados que conozco? eso ya era otra historia.
- Creo que tal vez estás siendo paranoico - alcé la mirada encontrando como mi cerca eléctrica ahora era un lugar perfecto para aves, ¿Quién carajos eras?
- Creo que estamos subestimando a este fantasmita - murmuró -...y no soy paranoico, ¡Cinco clientes en tres días! - la línea se quedó muda por unos minutos para luego escuchar un suspiro.
- ¿Qué tenían en común esos clientes? - lancé la pregunta tratando de buscarle una explicación, cinco clientes no se van de la nada.
- No sé... pues, la verdad eran personas comunes, representaba a un heredero que la familia hizo a un lado, un médico en problemas burocráticos con la obra social para la que trabajaba, había tomado el caso de un accidente y la empresa no se quería hacer responsable, un padre de familia y una ONG - tras escuchar todo eso me quedé en blanco de nuevo.
- Quiere decir que no eran casos turbios o algo por estilo - comenté para mí mismo - tal vez sea otra cosa... ¿No indagaste? -
- No quieren hablar conmigo, simplemente me dijeron que se buscaron otro abogado y que ya no los representaba - de acuerdo, sonaba sospechoso y no le diría más paranoico porque en su lugar, con todo lo que nos está pasando, yo también lo haría.