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Hace seis años

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Hace seis años

Alexia

"No tengo miedo al fuego eterno
Tampoco a sus cuentos amargos
Pero el silencio es algo frío
Y mis inviernos son muy largos"

- La Oreja de Van Gogh

Aquí es cuando recuerdo cómo comenzó todo. Estábamos allí todavía, pude sentir que algo no andaba bien con mi cuerpo desde el momento en el que JungKook me puso de pie. Lo noté y él también lo noto. Quisiera decir que lo besé para distraerlo de mi situación, para infundirle confianza, para que se sintiera seguro. De hecho ese fue el móvil por el cual lo besé, sin embargo me encontré complacida, me encontré saboreando ese beso, la ternura con la cual me trató y el fuego detrás de sus sentimientos.

Cuando terminé con Vin Zi, supe qué era lo que estaba mal conmigo, Neutroncito venía justo en el peor momento, el viaje al hospital fue la cosa más espantosa que había hecho, era tan fácil acabar con una vida y me encontraba aterrada por el hecho de dar a luz.

En ese momento mil cosas pasaron por mi mente ¿Qué diablos le iba a enseñar? ¿Cómo lo haría? Era experta en investigar, en pelear, en armas, en matar, en deshacerme de un cadáver, en huir y esconderme, en sacar hasta la última información a una persona. No tenía idea de juegos de niños, no tenía una referencia maternal, me perseguía la policía, mi cabeza llegaría el momento en el que no sienta nada...

¿Dónde está la salida a esta situación?

No la hay...

Al bajar de la ambulancia, la camilla se movía demasiado rápido y brusca. Al pasar vi mujeres con criaturas, como le sonreían y me preguntaba ¿Puedo ser así? No, ni siquiera tendré oportunidad. Me llevarán presa ni bien dé a luz.

No me pareció extraño cuando llegué que al primero que vi fue a... Mi padre. Fue un momento para solo cruzar unas palabras y una pregunta. Apenas hubo tiempo pero todo lo que había reflexionando en la ambulancia me llevó a decirle a mi padre una sola frase y él entendería la respuesta.

— Las personas como yo, solo les llega la baja cuando mueren — le dije, él me miró sin ninguna expresión — hace mucho tiempo que comprendí cual era mi destino — él asintió para desaparecer por la puerta.

Mientras ingresaba a la sala de partos, me llevé por primera vez la mano al vientre, pero por primera vez con la intención de acariciar a aquella criatura. La verdad no sabía si me escuchaba, creo que no, o tal vez sí, aun así comencé hablarle...

— Las cosas no siempre salen bien Neutroncito, aunque el cisne quiera ser pato, siempre será cisne, no puedes ser algo que no eres y no puedes luchar contra lo imposible, tienes que ser lo que en verdad eres, a veces se gana y en otras se pierde, está bien perder, está bien estrellarse contra el muro, está bien sufrir, llorar, enojarse, está bien sentir, está bien decir cuando estás mal, está bien decir cuando algo te moleste o te lastime, está bien no callarse las cosas...— de pronto no me sentí bien diciendo esas palabras porque quería decirlas mirándolo a la cara mientras crecía, enseñándoselo poco a poco. Hice a un lado aquellos pensamientos absurdos, jamás pasarían y la idea de ser una madre convicta, en el supuesto caso de que sobreviva en una cárcel, que me conozca tras las rejas ¡No! Eso lo dañaría, arruinaría su vida y sería deprimente para la criatura. Esta era la primera y última vez que hablaría con el bebé, y deseaba que algo de mis palabras quedara en alguna parte de su ser —... Neutroncito, nadie te define, no eres el hijo de, tú eres tú, tú tendrás tu nombre y tú apellido, no dejes que te definan por algo o estar asociado a alguien. Estamos en constante cambio y evolución, una vez escuché que nadie se baña dos veces en el mismo río, y es verdad, la corriente cambia, el agua se renueva. Si algo no te gusta en tu vida, cámbialo, pero nunca pierdas tu esencia, si no eres feliz en un lado pues...vete a otro, tu lugar en el mundo es sentirte bien contigo mismo y entonces el mundo será tu lugar — un hombre, un médico, apareció frente a mí, con su barbijo blanco y una clara preocupación en sus ojos.

Bajo Llave | Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora