Wedding

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Han pasado dos días de la noticia del consiglio dei Capi della Mafia. Dos días de un dolor lacerante que no me deja dormir tranquila, días en los que no he cruzado palabra con Massimo y estoy triste. Hoy es el gran día. La boda de mi mejor amiga y el que dentro de horas será mi doble cuñado. Me despierto temprano. Estoy en la habitación que le he asignado a mis padres para la semana que se quedarán en la isla. Los últimos días he dormido aquí, con mi madre en la gran cama. Papá me cedió su lugar después de verme esa noche con mis niveles de desesperación por los cielos. Ellos piensan que sólo estoy angustiada por la llegada de Lucca. Que toda madre primeriza tiene estos ataques de ansiedad por la llegada del bebé y que sólo necesitaba mimos. Lo que ellos jamás se imaginarían era que mi corazón se estaba despedazando con cada hora que transcurría, alejándome cada vez del único hombre que ha podido doblegar mi voluntad, el único capaz de hacerme sentir como una niña pequeña pero a la vez tan mujer, tan viva, al único hombre que he amado realmente.

-¡Lary!- Olga aparece de repente como una bala en la habitación. Ella es insoportable cuando está nerviosa. Camina rápido, habla demasiado, se tira del cabello y muerde las uñas recién hechas. - Lary, no lo voy a hacer. ¿¡PARÁ QUÉ QUIERE CASARSE CONMIGO?- También se vuelve la persona más insegura del mundo. -Estamos bien así, ¿por qué hay que firmar un papel? ¿Por qué hay que etiquetar todo en esta vida?

-Oli...

-¿No podemos sólo vivir como lo hacemos?- a este paso hará un hoyo en el piso de tanto caminar en círculos -¿Vamos a dejar de follar como ustedes?

-¡Olga!- me indigno, aunque en el fondo tenga razón, no por el matrimonio sino por mi creciente vientre y la vida que habita dentro de mi.

-¿Lary, no soy buena para el matrimonio. ¡Me conoces! ¡No puedo ser fiel!

-¡Por favor no haz pensado en otra polla desde que conociste a Domenico!.- la dejo desahogarse porque yo tuve la misma reacción antes de mi boda. Intento hacerla reaccionar ante sus dudas absurdas como la dama de honor que soy. Me levanto de la cama, directo al baño. Mamá entra en ese instante con una bandeja ¡El desayuno!. Se me iluminan los ojos y me gruñe el estomago.

-¿Qué si se aburre de mí? ¿O yo de élSecuestrarme, escondeme, sácame de aquí antes de que me vuelva loca. - ella escupe aún palabras sin sentido y soy testigo de su rostro poniéndose azul porque ha dejado de respirar. Me acerco, sacudiéndola para regresarla al mundo. Toma grandes bocanadas de aire y luego se hunde a mis pies, abrazando mi panza y llorando desconsoladamente. Mamá y yo reímos. Me siento aliviada de que exista ésta loquita para hacerme olvidar todo lo que esta sucediendo al involucrarme en su intento de felicidad. Tal vez para ella si funcione...

Literal la empujamos a la habitación dispuesta para preparar a la novia. En casa hay un revuelo de gente que traen y llevan flores, globos, luces y jarrones. Massimo no está. El mismo día de nuestra pelea desapareció junto con su gemelo. No he querido preguntarle a Domenico, prefiero quedarme en la oscuridad porque ya no puedo manejar más noticias intensas. Juntas nos entregamos a las manos de los mejores estilistas de Sicilia. Ella cambia de opinión cuarenta veces acerca del peinado y del maquillaje. Se levanta mil veces, llora, se frustra.

-¿Terminaste de joder?- pregunto tranquila mientras me están terminando de ondular el cabello. He decidido regresar a mi color natural después de tener la aprobación de mi doctor para usar tintes. 

 

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365 días de vida.Where stories live. Discover now