The End

1.8K 88 57
                                    

Massimo se alza varias veces de su puesto junto a mi para caminar por la habitación. Su figura de pie en las grandes ventanas del salón esperando quien sabe que me pone ansiosa y hace crecer mas la incertidumbre que ya se respira en el aire.

 Su figura de pie en las grandes ventanas del salón esperando quien sabe que me pone ansiosa y hace crecer mas la incertidumbre que ya se respira en el aire

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

Me parece estar viviendo todo esto desde otro cuerpo. Como si pudiera ver la escena desde afuera de mi piel y estarla contemplando de ese modo, ya que mi mente se encontraba en modo avión desde hace un buen rato.

Soy consciente de las voces que hablan en susurros dentro de la habitación pero es como si sólo fueran eso, susurro. Massimo habla en voz baja con Domenico y éste último solo le da asentimientos de cabeza. Ambos coordinan movimientos de tropas, estamos rodeados por el doble de seguridad de la que normalmente acostumbramos. Hombres armados entran y salen de la habitación y Domenico les da indicaciones precisas de posiciones y estrategias. Mario se mueve nervioso, ha recorrido el mismo punto de la habitación unas mil veces mientras está al teléfono pero una de las llamadas lo hace salir y no regresar. No entiendo nada pero tampoco quiero hacerlo, no quiero pensar en el futuro, quería vivir el presente, éste momento, con mi bebé que comienza a cerrar sus ojitos entre mis brazos, con el aire que aún circulaba por mis pulmones, con Massimo.

¿Debería llamar a mamá? ¿A Yakub al menos? Merecían saber que estaba pasando ¿o no? Sería más fácil para ellos la resignación por una hija y hermana desaparecida que afrontar la noticia de que pronto tendrían que ser repatriados nuestros cuerpos anunciada de mi propia boca.

Papá, no cumplí tu sueño de llevar a Lucca a navegar el mediterráneo en tu barco a vela.

Mamo, el viaje a Tailandia que tanto deseabas que hiciéramos juntas.

Jakub. ¿Cuántas veces te dije que te amaba y que eras el mejor hermano de todos?

En este momento, más que nunca en la vida me siento una idiota por no haber aprovechado mejor el tiempo. Quería más de el para saldar mis promesas, para decir más te quiero a la gente que amo, para gozarme cada segundo con Massimo en vez de complicarlo todo siempre con discusiones absurdas, peleas y recuperar todo el tiempo perdido, para ver crecer a Lucca, caminar, correr, decir mamá por primera vez.

Tarde me doy cuenta de que estoy llorando otra vez, lagrimas silenciosas pero tan cargadas de emociones como un llanto desgarrador.

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.
365 días de vida.Kde žijí příběhy. Začni objevovat