Aura (POV MASSIMO)

2.1K 112 63
                                    

-Massimo, mira- alzo la vista del teléfono para observar la diminuta prenda de vestir para bebés que sostiene mi esposa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Massimo, mira- alzo la vista del teléfono para observar la diminuta prenda de vestir para bebés que sostiene mi esposa. Es una especie de mameluco blanco lleno de conejitos. Le sonrío enternecido y enamorado. Adoro el brillo en sus ojos que desde que está embarazada se ha apoderado de ella. Creo que incluso es más hermosa ahora que antes y no sólo porque lleva a mi hijo en su vientre, no. Es como si su piel brillase más al igual que su cabello y tuviese un aura mágica que la rodea siempre. -¿Te gusta?- me levanto del sofá, acercándome y tomando la prenda en mis manos.

-Está lindo.- respondo con simpleza. Ella esconde una sonrisa en sus labios pero es que no tengo nada más que objetar. Son las palabras que he repetido por casi dos horas de ésta tortura infinita de compras con Clara. Tomasz ha decidido quedarse en casa con Peter y Caterina. Jakub en vez me ha abandonado, hace media hora que se ha ido a comprar cigarros y aún no vuelve. Traidor.

-¿Lindo? Es un mameluco para una personita que lo usará dos veces como mínimo, que cuesta más que un fin de semana en París y tú sólo dices que es lindo.- me encojo de hombros y ella niega con la cabeza, dejando explotar la sonrisa que antes escondía y regresa a la ropa. Le beso el cabello dispuesto a regresar a mi lugar predestinado para continuar la tortura cuando mi celular vibra.

-Tengo que atender, cariño.- le hago saber que estaré a dos pasos de ella pero creo que ni me ha escuchado. La espío de reojo mientras escucho hablar a Mario. Estoy lleno de ansiedad por esta inesperada salida. Estando en casa tengo más control de quien entra y sale de mi fortaleza, de cada ángulo que me rodea, pero aquí en Palermo, la cuna de la mafia, por primera vez en la vida me siento inseguro. La tierra que me vio nacer, sus calles y a la que le he dado tanto ahora me acechaba como un lobo en la oscuridad, esperando que bajara la guardia para atacarme o a lo que más amo. Sumando a ello el que Marcelo Matos aun vaga sin rastro alguno. Suspiro molesto. El día que lo tenga delante de mis ojos le vaciaría el cartucho de mi revolver entero por haber osado sobrepasar los limites de nuestros acuerdos y lo que es peor aún poner en riesgo la vida de mi hijo.

En éste mundo aprendes a no confiar en nadie, ni en tu propia sombra e incluso en tú familia. Por más que el consiglio me ha dado prórroga para al menos conocer a mi hijo antes de matarme sé que si en algún momento deciden que ya no me quieren al mando de Cosa Nostra es cuestión de horas para que me sepulten vivo si es que así lo desean. Se me cierra el estómago de impotencia al darme cuenta cuán irónica es ésta existencia. Pasé toda una vida rodeado de muerte y la única persona que había traído vida a mí era por la que dejaría de vivir.

Laura me lanza un beso desde su lugar cuando me atrapa mirándola a ella y a mi hijo. Por ellos haría lo que fuera. No le tengo miedo a la muerte, me criaron para ello, para afrontarla como una especie de redención o destino. Mi único miedo era saberlos sin mi, sin mi protección o cuidado, Afuera, en éste mundo despiadado y lleno de maldad y dolor.

-¿Vamos?- mi luz me abraza, sacándome de mis divagaciones. Me hace ver las miles de bolsas que sostiene y me besa los labios. Sonrío, apartando todo pensamiento oscuro gracias a su resplandor y salimos directo a continuar el suplicio.

365 días de vida.Where stories live. Discover now