Capítulo 2

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El tiempo había volado, ya era viernes en la tarde y el pequeño pelirosa estaba demasiado emocionado por el gran encuentro que tendría con su daddy.

— Mamá me iré todo el fin de semana, estaré en una juntada de baile. — musitó el chico a la mujer de cabellos castaños y ceño fruncido, quien se encontraba sentada en la sala con una revista entre sus manos.

— ¿Y cómo quién te dio permiso? — cuestionó la mujer. Viendo cómo su hijo dejaba la mochila del colegio sobre el sillón, mientras dejaba de lado la revista.

— Pues nadie, teniendo en cuenta de que yo solo tendré que valérmelas para lograr mis sueños, puedo decidir qué hacer o no madre. — Dijo el chico desviando la mirada, en busca de ir a la cocina por un vaso de agua; pero su padre salió de allí en su dirección siendo una completa furia.

— No tienes permiso de nada muchachito, vives bajo mi techo y aquí se hace lo que tu madre y yo digamos. — Musitó el hombre quien vestía con aquel traje azul, acompañado con su estetoscopio en el cuello, algo característico del mayor.

— Claro que sí saldré, debo ir a ese taller — respondió el más bajo, al ver como su padre lo encaraba, — es de danza contemporánea, si no me pagarás la carrera que deseo al menos déjame hacer la cosas por mí jodida cuenta. — exclamo al borde de perder la paciencia, ante la risa cínica de su progenitor.

El mayor tomo por los hombros al menor, mirándolo con seriedad, negando a lo que había escuchado, — el baile es para maricones. — exclamo con fuerza, moviendo bruscamente a su hijo, en busca de una reacción, — si no servirás para una profesión de la vida real, de esta casa no saldrás, no mancharás el apellido Park con esas estupideces. — concluyo el hombre, estampando al pelirosa contra el sillón donde estaba su mochila.

Jimin solo se quedó unos segundo allí, tomo sus cosas tratando de huir de allí, más su padre le arrebató sin delicadez su mochila, haciendo que este solo subiera a su habitación, con las mejillas húmedas de las silenciosas y abundantes lágrimas que caían de sus ojitos ahora hinchados.

Y es que el pelirosa sabía bien a lo que se enfrentaba si desobedecía las órdenes de sus padres, no solo sería una golpiza, sino también perder el derecho a su comida, además de ser humillado y degradado al igual que siempre... Y no entendía el porqué, bailar es un arte y también su pasión, no era como para ir a buscar con quien revolcarse y eso tampoco influía en su orientación sexual. Pero eso jamás lo entenderían sus padres o su familia en general.

El pelirosa se tumbó en su cama, sacando su celular del bolsillo, limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano, para buscar con rapidez el chat con su daddy.

Luego de escribirle a su daddy se tranquilizó y busco lo necesario para irse con el mayor, aunque sea su fin de semana sería excelente, podría usar parte del dinero para sobrevivir del castigo de sus padres, sin mayor inconveniente y ahorrar el re...

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Luego de escribirle a su daddy se tranquilizó y busco lo necesario para irse con el mayor, aunque sea su fin de semana sería excelente, podría usar parte del dinero para sobrevivir del castigo de sus padres, sin mayor inconveniente y ahorrar el resto para la matrícula de la universidad.

Sabía que realmente la danza era su talento, eso por lo que deseaba luchar para cumplir sus sueños, su familia estaba llena de médicos, abogados, científicos o ingenieros, el apellido Park era reconocido por el gran talento que tenían, pero él deseaba con todas sus fuerzas ser bailarín, uno de los mejores de ser posible.

Contó aquello la noche de navidad hace un año aproximadamente, ese fue su deseó, su familia se rio y retiro todo su apoyo al menor, le dijeron que eso es de maricones, que era una deshonra para la familia y para el Park.

Desde ese entonces, en año nuevo abrió su cuenta de Instagram privada, para conseguir dinero de aquellos hombres y mujeres que disfrutaban de ver como un joven cumplía sus caprichos y fetiches sexuales frente a una cámara.

Cabe aclarar que el menor ganaba muchísimo dinero, inició una cuenta de ahorros y allí estaba formando su fondo universitario, para no depender financieramente de su repulsiva familia.

Lentamente el tiempo fue transcurriendo, serían casi las doce de la noche y no sabía aún nada de su daddy, Su móvil estaba por morir, por lo que pensó en ponerlo a cargar, pero un ruido proveniente de la ventana lo asustó, se acercó y vio a un hombre un poco quien probablemente era un poco más alto que él; quien estaba desde el árbol subiendo a su balcón, le abrió la ventana, esperando que no fuera algún un ladrón y lo hubiera ayudado a atracar su casa, ya que realmente esperara que fuera su daddy.

ESTOCOLMO © ANÁNKE #10 YOONMINWhere stories live. Discover now