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- Buenas, Buenas María - Isabela quien estaba caminando hacia la barra de la cocina, fue vista por la nombrada.

- ¿Dígame que necesita? -Pregunto un poco tosca la mujer.

- Deje de estar tan arisca, porque muy bien sé que se muere de ganas de ver sí JiMin realmente está bien. - María que estaba picando cebolla para el ajiaco se volteó a mirar a la contraria.

- ¿Y a usted qué le importa? - Pregunto la chica de tez Morena apuntando con el gran cuchillo a la contraria.

- Usted verá si pierde el tiempo con escusas estúpidas, si realmente lo quiere como un amigo. Usted estaría allí para apoyarlo, para acompañarlo, para escucharlo y sobre todo para ayudarlo a continuar. Un amigo significa más que un error y si esa persona lo admitió y se disculpó, deje de poner barreras... probablemente pueda perderlo para siempre - María miró confundida a Isabela que se alejaba con una manzana en la mano y una sonrisa en el rostro.

¿Qué mierda me quiere decir?

[...]

- Pase - La suave voz de JiMin se escuchó e Isabela entró en la habitación, mantenía su mirada curiosa y lanzó una pequeña sonrisa.

- ¿Cómo estas JiMin? -

Los ojitos del peli rosa desaparecieron cuando le sonrió ampliamente a la contraria.

- Como la mierda - Soltó con sinceridad, JiMin quien había estado parado viendo por la ventana cerrada, se alejó hacia la cama aún caminando con algo de dificultad.

- ¿El tobillo está mejor? -

La visitante se sentó en la cama como si nada y extendió la manzana al contrarío.

- Gracias~ realmente aún me duele un poco, pero es mucho más soportables, gracias por preguntar. - Respondió.

Isabela asintió y fijo su mirada en la pared.

- Primero, si no actúas por lo que quieres alguien más lo obtendrá, segundo, no esperes que alguien más tome la iniciativa y tercero, si por más que trataste se alejó, eso no era para ti. - Muy buena afirmación y consejo, sin duda uno de los mejores.

JiMin junto sus cejas e hizo un puchero.

- No entendí - Rio y su voz infantil hizo reír también a Isabela.

- Simplificando, vas a ir a arreglarte, esperaras a la noche e irás a atrapar a tu hombre. - Fácil y sencillo, ¿verdad?

Isabela sonrió y volvió a levantarse para dirigirse a la puerta.

- Esa manzana no te dará la energía suficiente para la cogida que te viene. - No tenía más que decir. Se dirigió a la salida de la habitación.

Isabela cerró la puerta y suspiro.

- Estos idiotas, si uno no les dice que hacer, no hacen nada. - Dijo Para si misma mientras se encaminaba a su habitación.

ESTOCOLMO © ANÁNKE #10 YOONMINWhere stories live. Discover now