ESTOCOLMO © ANÁNKE #10 YOONMIN

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- Por favor tomen asiento cómodamente, llegaremos a nuestro destino en 16 horas y media. - La voz del piloto sonó dentro de la aeronave, mientras Jackson y NamJoon tomaban sus respectivos lugares.

- ¿A dónde iremos Hyung? - Kim quien miraba una pequeña libreta con apuntes levantó la vista para prestar la debida atención al menor.

-Estamos rumbo a Kazajistán. -Wang miró realmente confundido al contar.

- ¿Que harás allí? - Volvió a interrogar, quería recibir una respuesta contundente. curioso
NamJoon sonrió dejando ver sus hermosos hoyuelos y respondió.

- Primero cerrare unos asuntos pendientes. - Esa respuesta fue suficiente al recibirla con una sonrisa mostrando tan hermosos hoyuelos, pero no bastó para el contrario. - Después de ello te daré un debido merecido. - Eso superó a lo primero dicho, esta vez la voz de Kim era gruesa y realmente erótica.

Que dualidad la que tiene Kim NamJoon, provocativa para unos y matadora para otros, tal cual fue el caso de su menor, lo mató y se puso tan colorado que la aeromoza de turno se asustó, por lo que le dio un juego con hielo.

- Será mejor que descanse, no queremos que RM se enoje porque no cuidamos adecuadamente a su pareja -

El pelinegro asintió, junto a esto dio las gracias, para después beber el jugo. Finalmente obedeció y se dispuso a descansar.

// Casa del YoonMin - En la Mañana //

El reloj de la pared del pasillo mostraba las 9:30 AM.

JiMin caminaba por la casa, mientras pensaba en cómo salir de aquella incómoda situación. María no le quería hablar y estaba siendo brutalmente rechazado.

Él realmente comprendía que ella quisiera su espacio, puesto lo que hizo no estaba bien, pero... JiMin se sentía tan solito, ella era su única amiga, su única conexión con el mundo exterior, era como su pequeña hermana y que le dejara de lado y no le hablara era tan doloroso.

- Así que Min, ¿qué pasará con ese niño de cabello rosa? - JiMin quien caminaba por ahí sin rumbo, escuchó algo que captó su atención.

Perfectamente reconocía la voz de Isabela y probablemente estaría hablando con YoonGi.

- No lo sé... sabes perfectamente que no lo trate mal y aun así huyó de mí - Una risa salió de la chica que se encontraba sentada en una silla mientras veía a YoonGi fumar.

- Ese niño es dos años mayor que yo, es un bebé hasta para mí, ¿No te daría miedo que te sacaran de tu zona de confort? - Gran pregunta.

El chico del que hablaban fue muy curioso, por lo que poco a poco fue acercándose sigilosamente hacia el pasillo de donde provenía la "conversación privada".

- Tal vez, pero afrontaría la situación, jamás lo trate mal y se con plena seguridad que todo lo que le hice lo fascinó. - Min respondió muy seguro. No había ninguna duda, era cierto, si existía algo que JiMin amaba y deseaba a mil, era el toque de su Hyung.

-Tienes razón, pero... deberías saber que igualmente es un niño. - Le volvieron a recalcar y el soltó una discreta risilla.

-Si un niño, que se mueve exquisitamente y que tiene un trasero mejor que el de una modeló. - Lo defendió, era su niño nadie podía hablar en su contra.

Por otra parte, la chica soltó una carcajada, aún no creía que el chico lleno de poder sea quien halaga a otro.

- Lo amas con locura. - Sentenció la chica mientras se paraba y sonreía. Un amor con locura... tal vez, aunque el contrario no lo sabía con seguridad.

- Quite esa cara de culo YoonGi, recuerde que lo conozco mejor que nadie, pero no le digas a HoSeok, sino esto se vuelve la tercera guerra mundial. - Bromeó un poco.

Aquel que se encontraba detrás de la puerta comenzó a retroceder para alejarse lo más rápido posible del lugar. Tenía muchas cosas que pensar.

¿Realmente amo a mi secuestrador?

La cabeza de JiMin estaba hecha un lío y solo una persona podría resolverlo.

// Casa del 2Seok //

-¡Vamos Jin!, abre tus piernas un poco más o dolerá. -El menor que cerraba sus ojos con fuerza respondió de un grito.

- Nunca he metido algo allí. - Lo dijo suave, pero en tono a queja, este acto era acompañado de pequeñas lágrimas de dolor.