Capítulo 8

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Jimin dejo sus palillos sobre el plato ya vacío, apoyando de mejilla en la palma de su mano, dirigiendo su mirada el rubio, quien estaba con un vaso de whisky en la mano, leyendo un par de documentos con atención, en lo que el chiquillo terminaba de cenar, levantando la vista con una sonrisa al sentirse observado, —¿estás satisfecho ya bombón? — pregunto curioso bebiendo de su vaso.

El aludido asintió, aun sin despegar su vista del mayor, con una sonrisa en sus labios, — si hyung, ya estoy llenito... aunque no me siento en condiciones de comer mi postre. — finalizo su oración haciendo un pequeño pucherito, a lo que Yoon capto el doble sentido y de paso se enterneció por las acciones del menor, — tranquilo bonito, recién es sábado, lo que nos queda es tiempo para divertirnos. — respondió el mayor levantándose de su asiento y extendiendo su mano al pequeño pelirosa.

Park sin dudarlo entrelazo sus dedos con los del mayor, para levantarse de la silla, y ser guiado por la suite hasta la gran cama, donde fue arrojado con algo de brusquedad y ansias, observando como el mayor terminaba de un solo trago su bebida, dejando el vaso vacío en la mesita gravitatoria de noche, para ir hasta la cama, acomodándose en medio de las piernas del pelirosa.

— Que te parece si jugamos un poco cariño, ¿sí? — preguntó el contrario, acercándose a su rostro en busca de besar sus labios, deslizando sus manos bajo la única prenda que vestía el pelirosa, — hyung... — jadeo el chico que disfrutaba de las caricias que el mayor le estaba proporcionando en los muslos, la boquita del menor estaba entreabierta, jadeante ante las acciones del rubio.

Min se deshizo de la camisa del menor, deslizando sus besos por el cuello del pelirosa, hasta sus pezones succionando y mordiendo estos un poco, deleitándose con los dulces gemidos del chico, quien rodeo sus caderas con sus piernas, el rubio empezó a hacer un camino de besos húmedos y pequeños chupetones por su torso, hasta poder llegar a su entrepierna.

Tomando con delicadeza el miembro de Park, pasando su lengua desde la base hasta la punta, antes de poder engullirlo, el pelirosa estaba encantado con la habilidosa lengua del mayor, enredando sus manitos en los cabellos rubios de este, tirando de estos con algo de fuerza, tratando de no gemir descontrolado, pero fallando en el intento, llevando a Jimin a un estado de excitación y sumisión total, no tardando en alcanzar su clímax, corriéndose en la boca de Yoongi, quien saboreo su esencia gustoso, separándose del cuerpo tembloroso del menor, relamiendo sus labios victorioso.

El rubio se separó del cuerpo del más bajo, besando sus labios por última vez, antes de poder dirigirse al bar de la habitación con su vaso, para poner un par de hielos y más whisky en este, bebiendo un poco, tomando un par de sus corbatas antes de volver a la cama, viendo a Jimin con una expresión un tanto adorable, — abre tus piernitas para daddy, cariño. — ordeno Yoongi, andes de beber de su trago, volviendo a poner el vaso en la mesita de noche, junto a las corbatas.

Con cuidado Min se acomodó en medio de las largas y bonitas piernas del pelirosa, dejando besos y lamidas por los muslos interno de este, hasta poder llegar a su pequeña y rosada entrada, paseando su lengua por aquella zona, haciendo estremeces a Jimin, quejándose entre jadeo, ante la extraña y placentera sensación, mas todo se tornó un poco más intenso cuando Yoon tomo uno de los hielos que había en su vaso, rozándolo contra su estrecho agujero, empujándolo de a poco en él, — maldición... se siente tan raro. — exclamo en un corto lloriqueo el menor, aferrando sus manitas a las sabanas de la gran cama.

— ¿Recuerdas esos videos que te pedía en la madrugada bonito? — pregunto con una sonrisa ladina el mayor, mientras vendaba los ojos del menor, mientras él asintió con suavidad, dejándose hacer, por el contrario, quien ingreso otro hielo en su entrada, maldiciendo por lo bajo ante la extraña e indescriptible sensación de como su caliente interior consumía los helados hielos, notando como empezaban a derretirse en su interior.

— Bien, quiero que confíes en mí ahora bombón. — pidió el rubio con tranquilidad, besando sus labios con algo de necesidad, antes de hacerlo cambiar de posición, dejándolo en cuatro, con una almohada bajo las caderas, nalgueando un par de veces al menor, deleitándose con sus gemidos, tomando unos cuantos hielitos más para ponerlos dentro del pelirosa.

— Tú solo disfruta. — exclamo Yoon, dejando besos por su cuello, atando sus manos detrás de su espalda, antes de alejarse de él, dejando a un excitado Jimin un tanto nervioso y expectante de que sucedería, pues esto era un más grato que grabar los caprichos que el mayor le pedía, porque lo tenía ahí, haciendo con el todo lo que quisiera.

ESTOCOLMO © ANÁNKE #10 YOONMINWhere stories live. Discover now