17. Filosofía de un suicida

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El silencio era insoportable, la incertidumbre también. Sin duda, jamás había habido un silencio más ruidoso que aquel. Todos miraban a la directora, Vicky Gómez, expectantes. La expresión en el rostro de la mujer daba a entender que había ocurrido de nuevo. La misma expresión la tuvo cuando murió Rafa, y cuando asesinaron a Ariadna.

Había ocurrido otra tragedia.

Hugo miraba a los costados, en busca de Nick. Había notado su ausencia. Se removía nervioso en su lugar, temblaba asustado, esperando la llegada de su compañero.

Pero Nick jamás llegó.

La directora de los laboratorios abrió la boca para comunicar la noticia, y lo demás dejó de existir. Los inmunes perdieron la noción del tiempo. Fue como entrar en un trance muy fuera de la realidad.

Incredulidad pura, llantos, desolación. Todo en una fracción de segundo.

"Presunto suicidio". Así caratulaban la muerte de Nick. Los detectives ya se estaban encargando de investigar, pero con la autopsia realizada, se daba por sentado que no había participación de terceros. Tenían que esperar un par de horas más por los resultados, pero al parecer habían encontrado una extraña sustancia en su sangre, que podrían ser drogas.

Todo aquello fue relatado por Vicky Gómez, ante el silencio del resto.

Ante esto, Hugo, a pesar de estar sumergido en la más profunda miseria, fue el único que se atrevió a afirmar que Nick nunca se suicidaría.

Allí fue cuando la directora les terminó de contar la verdad.

Hace tiempo, Nick había sido diagnosticado con depresión clínica. Pero no solo eso, sino que sufría del extraño trastorno bipolar, volviéndolo una persona inestable y muy propenso a cometer suicidio.

—Eso... Eso no es posible —dijo Hugo, abatido.

—Nick siempre intentó ocultarlo —dijo Gómez—. Nos pidió que no lo contáramos a nadie. Estaba avergonzado.

Algunos lloraban desconsoladamente, como Eva. Otros como Flavio, no tenían ninguna expresión en su rostro. Hugo, se tomaba la cabeza, negando desesperadamente.

La situación era surrealista, completamente angustiante.

—Estamos en contacto con su familia adoptiva. Ya están al tanto de todo —siguió Gómez—. Sé que es difícil, pero esto estuvo fuera de nuestras manos. Espero que os quedéis con los buenos recuerdos sobre Nick. No hay más que podamos hacer... Las consultas quedan suspendidas hasta dentro de tres días. No queremos agobiaros.

Ante el silencio del resto, se escuchó una risa irónica. Una mirada incrédula e impotente.

Ana Julieta abrió la boca, Samantha a lo lejos le dedicó una mirada suplicante, para que no lo hiciera.

—Venga. ¿Cuál es el siguiente? —Ana Julieta lanzó, con veneno—. Así nos vamos preparando.

—Lo siento. ¿A qué te refieres, Ana Julieta? —Vicky clavó su mirada intimidante en la camarera, con una sonrisa falsa.

—Primero Rafa, luego Ariadna, ahora Nick. ¿A quién más os vais a cargar?

—Tus insinuaciones están muy fuera de lugar —respondió, tomando el papel de víctima—. Siempre hemos hecho lo mejor para manteneros a salvo, pero no podemos hacernos cargo de las acciones de las demás personas. Nick estaba enfermo.

—Claro —desvió la mirada y chasqueó la lengua, indignada—. ¿Me vas a decir que Nick se lanzó sólo? ¿Qué no tenéis nada que ver en esto? Contadme otro chiste.

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