18. Infiltrado

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Tres días habían transcurrido desde la visita de la madre de Nick. ¿Era suficiente tiempo para poder superar la situación? La respuesta era no. Los días fueron largos y abrumadores. Era notable que alguien muy querido había muerto ahí. Las comidas donde se reunían todos eran silenciosas y depresivas. Sin duda, el ambiente no ayudaba a nadie a sobrellevar el duelo.

Por suerte, se tenían entre ellos. Cuando uno lloraba, otro lo abrazaba. Cuando alguien necesitaba compañía, el otro estaba ahí. El apoyo y el cariño mutuo era lo único que les ayudaba.

Muy temprano aquella mañana, los inmunes fueron llamados a una reunión especial. Rápidamente, fueron llevados a una sala especial dentro de los laboratorios. Era una sala de conferencias. Todos se sentaron en las sillas frente a la gran pantalla, expectantes.

Una mujer se adentró en la habitación, junto con ellos. Era rubia y parecía bastante mayor, a juzgar por las arrugas de su rostro. Se paró justo delante de todos y sonrió.

—Buenos días a todos. Soy la doctora Vilallonga —sonrió de forma elegante—. No me habéis conocido antes, pero soy la encargada de llevar todas las investigaciones a cabo.

La mujer tomó un pequeño control remoto y encendió la pantalla detrás de ella. Apareció una imagen en negro con el texto "AVANCES DE LA CURA HASTA LA FECHA".

—Sé que no ha sido fácil para ustedes estar aquí. Me he puesto al tanto de todo, pero debéis saber que estáis ayudando demasiado, cada vez estamos más cerca de lograrlo. Por eso, quiero mostraros lo mucho que hemos avanzado. Tal vez ustedes no lo notan, pero las consultas exhaustivas y repetitivas que habéis tenido están dando sus frutos.

Con el mismo control remoto, la médica cambió la diapositiva de la pantalla. "MUTACIONES GÉNICAS", decía esta.

—Como ya sabéis, hemos estado estudiando su ADN a fondo. Sin exagerar, hemos indagado en su genoma, en cada nucleótido, y creedme que ha servido. Ustedes son diferentes, ya lo saben, son inmunes. Durante todo este tiempo hemos buscado eso que los hace diferentes, y creo que finalmente lo hemos encontrado —Cambió nuevamente la diapositiva, dejando ver un gráfico con diferentes cadenas del ADN—. En todos sus ADN, hemos encontrado una secuencia de bases que es exactamente igual. Idéntica. La misma cantidad de nucleótidos, en el mismo orden, en lugares donde suele diferir el ADN de todos nosotros. Es como si esa parte de la cadena, fuera un clon que se repite en todos ustedes. Creemos que puede ser una mutación génica. Una alteración en sus ADN. ¿De dónde proviene y cómo se ha dado? No lo sabemos, pero esta podría ser la clave para conseguir la cura. Nos aferraremos a eso a más poder.

Los inmunes se miraron entre ellos. Algunos con miradas esperanzadas, otros confundidos, apenas entendiendo aquellos términos biológicos.

—Ahora comienza lo más importante, la parte experimental. Lo más difícil parece ya estar hecho. Por suerte no nos ha llevado mucho, un mes y un par de días. Ahora tenemos que seguir a raíz de eso. Intentaremos encontrar la cura lo antes posible, pero ya debo avisarles que tal vez los tres meses que habíamos acordado se extiendan un poco más. No os preocupéis, habrá una buena recompensa por todo esto

En aquel momento, Vicky Gómez, que miraba todo desde lejos, se acercó hacia el centro y se paró al lado de la médica.

—Para celebrar esto, y para levantar los ánimos. Dentro de unos días haremos una pequeña fiesta con todo el personal involucrado. Será algo muy tranquilo. También le haremos un pequeño homenaje a los inmunes que han fallecido. Esto es gracias a ellos también —Hizo una pausa, sonriendo de forma apenada—. Además, hemos estado conversando con la doctora Vilallonga. Es momento de darles una recompensa. Por eso, habilitaremos las visitas de sus familias, y por recomendación propia, podréis salir al exterior una vez por semana.

infectIVO | OT2020Where stories live. Discover now