CAPÍTULO XXX

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Saliendo del supermercado, las amigas se encontraron en un pasillo y continuaron con las compras, Dinah tenía los ojos un poco llorosos pero se veía feliz gracias que ella y su Madre ya estaban bien, la señora Hansen le pidió perdón a su hija por haber actuado de esa forma y obviamente Dinah la perdonó. Las chicas terminaron con la lista, pagaron y llevaron las cosas a la camioneta, era hora de ir al departamento de Félix.

—Estoy muy feliz por ti, D.J. —expresó Lauren mientras conducía.

—Gracias, Lolito. —contestó sonriente. —Aunque francamente me he preguntado, si ella quería hacer las paces conmigo ¿Por qué no me llamó? Es decir, lo del supermercado fue una coincidencia, encontrarnos. —

—Pero las cosas ya están hechas ¿no? Ya te reconciliaste con ella, fue emotivo, no le des tantas vueltas. —

—Además dice que Papá me extraña y lo más probable es que vuelva a casa. —contaba con alegría.

—¡ves! Regresaras a tu hogar. —

Cuando Lauren dijo aquello Dinah no pudo evitar recordar a Normani con quien sentía ya tenía un hogar, de repente un largo suspiro salió de la polinesia y la ojiverde la miró de reojo.

—¿Qué fue eso? —cuestionó Lauren en tono juguetón.

—Un suspiro ¿No los conoces? —bromeó, Lauren comenzó a reír tratando de decir algunas cosas. —Hay que subirle volumen a la música. —se apresuró a decir.

La polinesia le subió volumen a la música para que Lauren no siguiera con el tema del suspiro y funcionó, pero porque la ojiverde se dio cuenta de que su amiga no quería hablar de eso y simplemente la dejó en paz.

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Después de haber llevado a Dinah al departamento de Félix, Lauren se quedó unos minutos con la polinesia y luego regresó a casa, tenía que seguir juntando cosas para el orfanato solo que esta vez iría con su hermana Taylor quien también donaría algunas cosas.

—¿Sabes qué? Se me ocurre que les digamos a los vecinos. —proponía Taylor mientras entraban al ático. —El setenta por ciento de las personas mantiene sus áticos o sótanos con objetos que realmente valen la pena donar. —decía, Lauren la miraba con extrañez.

—¿De dónde sacas eso? —

—Es que no hay que ser un genio para saberlo, tienes el ejemplo justo enfrente de ti. —contestó y señaló las cosas del ático.

Las Jauregui comenzaron a revisar detalladamente, seleccionaban las mejores cosas y las cosas que ya no tenían utilidad las ponían en una bolsa negra. Esta actividad era algo empólvante pero divertida para las chicas.

—Deberíamos  reunirnos más seguido ¿sabes? Somos hermanas pero no pasamos muchos momentos juntas como este. —comentó Lauren.

—Es verdad, convivo más con Chris, pero me encanta la idea. —respondió Taylor. —Ahora vuelvo, la naturaleza me llama. —bromeó y salió de prisa.

Lauren comenzó a reír por lo que dijo su hermanita y luego de ello siguió buscando entre las cosas para avanzar, tomó una caja que decía "MJ", esta caja era pequeña y estaba sellada, Lauren sacudió levemente aquella caja y no parecía tener mucho contenido. Sin más tiempo que perder y sin temor a ser descubierta por su Padre, Lauren sacó un cúter y quitó el sello de la caja.

—Wow...—murmuró maravillada al abrir la caja. —La vampira de vestido purpura. —leyó en voz baja y a su vez sacaba el libro de la caja. —Tú te vienes conmigo. —le dijo al pequeño libro.

Before The Dawn (Camren) #2Where stories live. Discover now