La Flor Del Decierto

Demonios

Capítulo 31

"Demonios"

Narradora

Los gritos se escuchaban por toda la aldea de la arena, como también los temibles rugidos del biju. La tierra estaba temblando ante los ataques que tenían el Ichibi contra el polvo dorado del Kazekage.

Todos los aldeanos se encontraban completamentemente aterrados y de la misma forma los niños lloraban, todos se hallaba en un lugar seguro. Pero no podían calmarse ante las circunstancias, más de algunos civiles que eran familiares de aquellos ninjas que luchaban contra dos monstruos.

Algo contradictorio ante la realidad, ya que esos "monstruos" solo eran dos pequeños niños que habían llegado al límite de sus pequeñas almas en desgracia.

Si el dolor y la crueldad que sufre una persona adulta causa que lleguen a la locura. Entonces... ¿Que sucedería si dos infantes con mentes y corazones tan frágiles cuál cristal, son golpeados por la fuerza de la crueldad y la ignorancia humana?

Entonces ya saben la respuesta.

No se quejen con su sufrimiento hipócrita, su ser egoísta no quiere recibir el mismo daño que principalmente lo causaron.

Las cadenas de la presión moral y la cruel sociedad que inventaron, apuñala el último latido de luz, destruyendo lo único vivo y puro de la inocencia, creando muertos en vida peores que monstruos.

Angeles que se transformaron en los monstruos de sus pesadillas.

Monstruos más crueles que los demonios del Averno

Demonios oscuros con el rostro de hermosos ángeles.

Su total perdición.

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Un ANBU miraba con horror a la niña que estaba frente suyo.
No podía moverse, su cuerpo no respondía ante el peligro que estaba expuesta, y no era por un Shock o impacto ante la brutalidad que murieron sus compañeros ante sus ojos.

No, no era eso, era el poder que albergaba esa criatura cubierta de ese líquido vital.

Los cabellos claros de la niña desaparecieron, siendo intercambiados por las puntas negras de ese mismo, ascendiendo hasta que todo el cabello de la niña fuera un negro total.

Los ojos arcoiris giraron hasta tornarse de un color rojo carmesí por todo el globo ocular, la pupila se volvió un poso oscuro sin fondo con una línea morada horizontal.

Sus ropajes estaban cubiertos de sangre como también sus manos bañadas, de igual manera, con esa sustancia rojiza; con la diferencia de que esa sangre no era de sus compañeros, era de ella que se movía como si tuviera vida propia. Ademas si eso no es nada escalofriante, su alrededor estaba lleno de sombras que soltaban ciertos susurros que el ninja no podía escuchar.

Ahora solo quedaba él, ya no había más ninjas que lucharán contra la menor; ya que estaban ocupados tratando de ayudar al Kazekage y luchar contra Shukaku.

Hanami se acerco lentamente a su víctima, y con un movimiento de su mano el mayor se incó, sin su consentimiento, ante la niña, quedando en el mismo tamaño que la infante. La pequeña quitó la delgada tela que cubría el rostro del ANBU y lo miro.