Diecinueve

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En la habitación del hospital, William permanecía en su cama impaciente mientras esperaba la visita de sus hijos, cuando de repente se abrió la puerta y estos entraron sonrientes.

-Hola papi...vaya Estás muy guapo hoy-habló Sammy besándolo.

-Ven pasa, no te quedes ahí-Dijo el moreno sonriendo hacia afuera de la habitación.

-¿Qué pasa, hijo?- preguntó el hombre extrañado.

-Oh... tienes una inesperada visita-dijo la chica haciendo una mueca de desagrado.

El hombre vio como Zee tiraba de otro brazo tras la puerta hasta que ante el apareció el hijo mayor de su vecino.

-Hola señor Pruk, ¿Có-Cómo está?-dijo este mostrándose tímido-...Si-Siento mucho lo que le pasó.

-Hola muchacho, estoy mucho mejor, gracias por interesarte.

Tras pasar la tarde con su padre en el hospital, los tres chicos regresaron a su casa y cuando el moreno aparcó el coche, Sammy salió rápidamente al ver a su novia sentada en la entrada de su casa.

-Me alegro que tu madre esté mejor-Dijo Sanit sacándose el cinto de seguridad-... gracias por permitirme ir a verle y por dejarme pasar tiempo contigo...Bueno pues hasta mañan...

-Espera-lo detuvo este antes de que su ex saliese del coche.

-Gracias por lo de hoy, la verdad me he sentido bien a tu lado, aunque reconozco que tenía mucho rencor hacia lo que me hiciste pero creo que es hora de olvidarlo y seguir adelante.

-Me agrada que pienses así... No me siento orgulloso de lo que hice y admito que cuando te fuiste, sentí que perdía la oportunidad de tener el amor verdadero... creo sinceramente que contigo lo tuve pero por estúpido lo perdí.

El moreno asintió cabizbajo.

-Durante estos años intenté odiarte, maldecirte y olvidarte pero creo que nunca lo logré, Sanit.

-¿Quieres decir que aún te gusto, Zee?

-No sé si la palabra es gustar-respondió este indeciso -...yo creo que sinceramente te amé mucho pero también del mismo modo me hiciste sufrí y como consecuencia no fui capaz de fijarme en nadie más.

El ex asintió conforme.

-Lo siento...siento todo lo que te hice, perdóname.

-No sé si podré perdonarte, eso tendrás que ganartelo a partir de ahora pero si sigues haciendo cosas como las de hoy, te diré que vas por buen camino.

Sanit sonrió internamente miró y asintió conforme.

-Lograré que me perdones, Zee.

El moreno sonrió también.

-Hasta mañana, Sanit

-Hasta mañana.

Tras bajar del coche, el mayor de los Suppapong entró en su casa sonriendo ampliamente.

-¿A qué se debe tanta felicidad, hijo?-preguntó su madre sentada junto a una amiga.

-A que la vida es maravillosa, mami-dijo este dejándose caer en el sofá.

El castaño que también se encontraba allí, sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo y aunque no hizo falta que este dijese nada más, él estaba seguro que la alegría de su hermano tenía mucho que ver con su atontado y ciego vecino.

El castaño que también se encontraba allí, sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo y aunque no hizo falta que este dijese nada más, él estaba seguro que la alegría de su hermano tenía mucho que ver con su atontado y ciego vecino

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4. Un novio de mentira -Zaintsee TerminadaWhere stories live. Discover now