Cuarenta y nueve

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Tras una semana de su regreso a casa, el castaño no había salido de su habitación, a pesar de que esta le recordaba el peor momento de su vida.

Aún no había disfrutado del aire puro, tan solo había estado dándole vueltas a lo sucedido y también a la proposición del moreno.

Tanto su madre como su hermana le habían dicho su opinión, la cual era que buscase la felicidad y si esa estaba con Zee pues adelante.

Para él no era tan fácil pues a pesar de que siempre lo había amado y sabía que nunca amaría a otro hombre en su vida, la sombra de su hermano aún lo atormentada, así que finalmente tomo una decisión.

-Mamá, quiero ir a ver a Sanit al centro en el que esta recluido.

-Pe-Pero hijo... no creo que sea buena idea-Dijo su madre preocupada-...él no ha querido vernos, además cree que has muerto, podría ser terrible.

-Debo hablar con el, si no Zee y yo no avanzaremos, necesito cerciorarme de que el ya no se interpondrá entre nosotros.

-Está bien hijo, llamaré a tu germana y esta tarde iréis allá.

Luego de eso el castaño subió a su cuarto de nuevo hasta que unas horas después tras comer algo y de que viniese Sara, los dos pusieron rumbo a la clínica mental donde Sanit estaba recluido

Al llegar, la chica dio su nombre y el celador les dijo que esperasen, luego de unos minutos, éste regresó con el recado de que tan solo la chica podría ir.

Su hermana asintió y dijo que ella iría y lo prepararía, entonces Saint se sentó en una silla y se quedó esperando.

La chica llegó unos minutos después muy nerviosa pues tras decirme que Saint quería verlo y hablarle, este se había alterado mucho y habían tenido que ponerle una camisa de fuerza y atarlo a la cama.

-Hermano, he insistido para que te dejasen pasar y te han dejado por unos minutos pues él está muy ido.

Saint asintió conforme y tras suspirar profundamente se adentró en el pasillo por el que su hermana había venido.

Entró nervioso a la habitación donde habían llevado a su hermano y entonces lo vio tumbado en la cama, sujeto con la camisa de fuerza y atado a la cama, era una imagen desoladora.

El castaño se sentó donde el celador le dijo y esperó a que este cerrase la puerta.

Unos minutos después de estar observando a aquel espectro que nada tenía que ver con su guapo hermano, este se levantó y se acercó a la cama a pesar de que no se lo habían aconsejado.

Saint pudo apreciar que ya nada quedaba de aquel hermoso pelo con mechas claras, el cual su hermano había llevado durante años por gusto, ni tampoco su hermosa cara lucía igual.

Bajo sus ojos había unas negras y profundas ojeras y sus mejillas estaban hundidas debido al enorme peso que había perdido, tampoco quedaba ya rastro de aquella sonrisa burlona que lo caracterizaba.

-Hola Sanit-Dijo rompiendo el tenue silencio.

-¿Qué quieres maldito enano?-Preguntó sin dejar su tétrico semblante.

-Quería verte, saber de ti... No sé si sabías que estuve en coma y desperté hace unos días.

El mayor se removió.

-Creí haber acabado contigo pero tranquilo lo haré.

-¿Por qué me odias tanto, hermano?

Se hizo un gran silencio y entonces este soltó una sonora risa.

-Te odio porque ers una maldita mosca muerta, la cual tiene a todos engañados pero a mi no.

El menor suspiró con pesar.

-Hermano, solo quería decirte que Zee me ama y voy a estar con el, esta vez de verdad.

-Lárgate maldito y o vuelvas a venir por aquí...Ahora que sé que estás vivo haré lo imposible para que ese traidor y tú nunca sean felices-le susurró furioso entre dientes-...Saldré de aquí y os mataré a los dos, no volveré a fallar.

-Sanit, yo solo quería decirte que a pesar de todo no te guardo ningún rencor y te perdono...Te quiero y hagas lo que hagas siempre serás mi hermano mayor, debes luchar por recuperarte, todos te esperamos en casa pero sin tus malos pensamientos.

De repente el mayor se levantó la cabeza y lo fulminó con su tétrica mirada mientras se removía intentando soltarse.

De repente el mayor se levantó la cabeza y lo fulminó con su tétrica mirada mientras se removía intentando soltarse

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-Jamás volveré a esa maldita casa con ninguno de vosotros-le susurró con rabia-...antes prefiero morirme aquí, maldito, idiota...Da gracias a que estas jodidas correas me sujetan porque sino ya no estarías respirando...te odio...¡Te odio maldito, estúpido!, ¡Te odio!, ¡Te odio!-gritó finalmente.

Enseguida dos celadores y le inyectaron un calmante que lo dejó noqueado, mientras que Saint sollozaba aterrado pues al parecer su hermano nunca saldría de allí, había perdido totalmente la cabeza y estaba demasiado ahogado en un odio y un rencor inexplicable hacia él y el resto de la familia, la cual lo único que había hecho siempre había sido quererlo.

Enseguida dos celadores y le inyectaron un calmante que lo dejó noqueado, mientras que Saint sollozaba aterrado pues al parecer su hermano nunca saldría de allí, había perdido totalmente la cabeza y estaba demasiado ahogado en un odio y un rencor ...

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Ya van quedando menos capítulos para que esta historia concluya.

Quiero deciros que estoy muy contenta pues ha tenido muy rápida y muy buena acogida entre vosotros los lectores, la verdad no me lo esperaba.

Muchas gracias por vuestros votos y comentarios, de verás me hacéis muy feliz.

💋💋💋

4. Un novio de mentira -Zaintsee TerminadaWhere stories live. Discover now