Cuarenta y cuatro

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Zee conducía muy nervioso, tanto que apenas podía controlar el volante pues desde que May le había enviado el mensaje de texto, diciéndole que Saint se había despertado, tenía el corazón en un puño.

Había salido corriendo de clase sin recoger nada y escuchando al profesor echarme la bronca por interrumpir de esa forma pero le había dado igual, ya se lo explicaría en otro momento.

Tan solo tenía cabeza para pensar en su pequeño y el trayecto hasta el hospital se le estaba haciendo interminable.

Además había demasiado tráfico, ya que pronto sería el Loi Krathong, la fiesta de la luna llena de Noviembre, en la cual los tailandeses le muestran respeto al agua, así que sorteó los coches como pudo intentando no estrellarse.

Condujo un poco más y finalmente llegó y por suerte encontró un buen aparcamiento, entonces se bajó del coche y corrió a toda prisa hacia la puerta principal, donde como siempre las amables enfermeras le saludaron muy sonrientes, aunque hoy lo están mucho más.

-Apúrate, hoy tienes sorpresa-escuchó hablar a una de ellas.

Recorrió el largo pasillo y acto seguido se paró delante de la puerta 228, tras la que durante siete largos meses, el castaño había estado en coma.

Su mano le temblaba y su corazón palpitaba a mil por hora, entonces soltó un profundo y sonoro suspiro, tocó con los nudillos y acto seguido agarró el pomo con fuerza y abrió la puerta.

-Hola cariño, ven acercarte- dijo May muy sonriente.

El chico entró y entonces vio a un par de ancianos, los cuales imaginó que serían los abuelos de Saint pero él no los conocía pues mientras este había estado en coma, May no les había dejado ir pues estaban delicados de salud.

-Buenos días-saludó educadamente a lo que ellos le saludaron también.

De repente se escuchó un leve quejido procedente de la cama y entonces todos miraron, el castaño estaba en otra postura diferente y ya no tenía las máquinas enganchadas a su cuerpo.

La mujer se acercó a la cabecera de la cama y entonces tocó la cara de este, por lo que, el castaño abrió los ojos y enseguida se sentó en la cama.

Los chicos se miraron, el moreno sonrió muy emocionado pues al fin la pesadilla se había acabado y su pequeño estaba despierto.

-Hola Zee-dijo este levantando su mano.

-Hola Saint... Estás increíblemente hermoso-Le dijo el mayor acercándose.

-¿Y Sanit?, ¿Acaso no viene contigo?-preguntó el castaño borrando la sonrisa de Zee de un plumazo.

-¿Sanit?-preguntó extrañado el mayor.

De repente notó la mano de May sobre su brazo y esta tiró de el hasta la puerta para hablarle.

-Cielo, al parecer Saint no recuerda estos últimos años... La última vez que él piensa que te vio, aún salías con su hermano.

-¿Qué?, ¿cómo?-preguntó este en un susurró.

-El médico dijo que es una secuela de su largo coma y la inactividad del cerebro durante tantos meses-le explica -... Debemos tenerle paciencia, por favor no le cuentes lo sucedido, le hemos dicho que lo han atropellado, por ahora es lo mejor.

Zee sintió que su corazón se oprimía malditamente, ya que aunque estaba inmensamente feliz porque Saint se había despertado, no le podía confesar su amor para ser felices al fin.

No podía contarle que se había enamorado de él sin darse cuenta, que poco a poco había conocido lo bonito de su interior, debía tragarse sus sentimientos y fingir que este tan solo era su vecino y el hermano menor del desgraciado que le ha hecho eso.

No podía contarle que se había enamorado de él sin darse cuenta, que poco a poco había conocido lo bonito de su interior, debía tragarse sus sentimientos y fingir que este tan solo era su vecino y el hermano menor del desgraciado que le ha hecho eso

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Drama...drama....draaaaamaaaa...
😭😭😭😭😭

4. Un novio de mentira -Zaintsee TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora