Veintitrés

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Saint y su madre llegaron en la tarde, después de haber dejado a Sara en su apartamento.

El castaño se bajó del coche, entró en la casa y acto seguido subió las escaleras a toda prisa pues tenía muchas ganas de orinar.

Pensaba que su hermano estaría en el salón viendo una película o que hubiera salido pues no se había creído nada de lo del examen y el trabajo pero al querer regresar a la planta baja con su madre, escuchó voces en su habitación.

Este no quería ser cotilla pero igualmente se acercó a la puerta pues por las risas de su hermano, su teoría sobre la mentira del examen cobraba más sentido.

...-Oh venga vamos...ven, nos divertiremos... Inventa algo y veámonos, te espero en el pub Lotus a las siete, no me hagas esperar de nuevo bombón-escuchó decir a su hermano al teléfono.

Saint supuso que sería Zee con quién hablaba, así que finalmente desistió de seguir escuchando y regresó con su padre a la planta baja.

Poco después, Sanit apareció en el salón.

-Hey hola...¿qué tal están los abuelos?-preguntó.

-Pues no estaban muy contentos, porque no fuiste a verlos- contestó su madre bastante apenada.

-Oh lo siento pero le dijiste lo de examen verdad, que es importante.

-Si tranquilo, se lo dijimos.

-Bueno, iré a ducharme y a cambiarme, mami...levo todo el día estudiando y necesito aire puro, así que saldré un rato a distraerme-Dijo este muy sonriente dándole un beso a esta.

-Ok hijo, claro te lo mereces.

Poco antes de las siete, este bajó de nuevo muy arreglado y radiante de felicidad, eso hizo que Saint sintiese nauseas pues todo indicaba que finalmente su tonto y ciego vecino le había dicho que si y por eso salían a celebrarlo, por lo que bastante molesto resopló y se subió a su habitación donde se puso a leer uno de sus libros.

-Me voy ya-dijo el mayor desde la puerta, mientras cogía sus llaves.

-No vengas muy tarde amor, recuerda que mañana tienes clase.-dijo su madre desde la cocina.

-Si claro mamá, tranquila-habló éste cerrando la puerta principal.

El menor de los hermanos intentaba por todos los medios concentrarse en la lectura y olvidarse de su hermano y de Zee pero inconsciente miraba a cada rato el reloj.

Pasaban veinte minutos de las siete, cuando de repente escuchó el timbre de la puerta principal, luego el sonido de pasos subiendo las escaleras y por último toques en su puerta.

-Cariño, tienes una visita.

-¿Una visita?-susurró extrañado-...Pasa mamá.

La puerta se abrió y de la sorpresa, el libro que este sostenía entre sus manos se le cayó al suelo pues era su guapo vecino el que acompañaba a su madre.

-Ho-Hola Saint, siento molestarte pero necesito hablar contigo.

4. Un novio de mentira -Zaintsee TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora