capitulo 11

18K 1.6K 739
                                    

—Vamos Faith —Chris agarró mi mano y tiró de mí cuerpo para alejarnos de la pista.

—¡Chris! —gritó Madison detrás de nosotros.

Fui arrastrada hasta la mesa en donde ya se encontraban todos menos Leila y Louis, inmediatamente me senté sobre mi silla ella se colocó frente a nosotros.

—¿Y esta qué hace aquí? —espetó Parxon.

Madison no respondió, sacó algo de su diminuto bolso y lo colocó sobre la mesa, quitó la mano y la esclava de oro solido brilló cuando una de las luces que colgaban del techo le pegó.

—Faith me dijo que estabas buscándola, tómala, es tuya.

Chris miró el accesorio, después la miró a ella, agarró la esclava y acto seguido la arrojó en el bote de la basura que estaba a nuestro lado.

—¿Feliz? ¿Eso era lo que buscabas con este show? —le gruñó Karxon.

—¡Ustedes cállense! ¿Tu noviecita te dijo que se intentó robar algo de la tienda de mi madre?

—Sí, me lo dijo, pero ella no iba a robar nada.

—¿Y así de tranquilo te quedas? Tu novia no es más que una ladro—

No le permití seguir hablando, me coloqué de pie y le di un fuerte golpe en su ojo que la hizo retroceder, Madison pegó un chillido cubriendo su ojo y mirándome con la boca abierta, Chris rápidamente se colocó detrás de mí y rodeó mi cintura con sus brazos obligándome a retroceder.

—¡Tú!

Empezó a correr hacia mí para devolverme el golpe cuando fue salvajemente empujada por Leila.

—¡No vas a empujar a una embarazada, maldita zorra! —le vociferó Leila con furia.

—¡¿Acaso estás loca?! —Madison se colocó de pie como pudo—. ¿Cómo te atreves a empujarme? ¿De qué embarazada hablas?

—Te empujé porque ibas a golpear a Faith y yo como madrina no oficial de su bebé no permitiré que la toques.

Madison lentamente giró su cabeza para mirarme, yo encogí los hombros con una sonrisa mientras Chris se acercaba a mí para besar mi mejilla.

—Eso... eso no es cierto.

—¡Mejor vámonos! —Habló Parxon —. sigamos la fiesta en casa de Louis.

—Chris es... ¿Es en serio?

Yo puse los ojos en blanco.

—Mañana te enviaré la prueba de embarazo y la ecografía, si deseas lo cuelgas en tu pared —me burlé antes de tomar la mano de Chris y alejarnos.

Mientras cruzábamos la puerta de la casa de Louis y de Leila y los chicos no podían dejar de reír, y no los culpo, el rostro de Madison después de ese golpe fue glorioso, entre sorpresa, enojo, vergüenza, todo en una cara, incluso Chris y yo nos llegamos a contagiar.

Mientras todos bebían y hablaban en la sala yo estaba en la cocina con Chris, sentada sobre el mesón de mármol mientras él aplicaba hielo para el golpe en mi mano.

—Oye —me hablo—. Lo que hiciste me fascinó pero por favor no lo vuelvas a hacer.

—Lo sé.

—Si ella te hubiera devuelto el golpe no me quiero ni imaginar que hubiera pasado, iniciando por Leila, fue descuidado —Chris acarició mi mejilla con ternura.

—Me iba a llamar ladrona.

—¿Y qué? tú no eres ninguna ladrona y nada de lo que ella hubiera dicho ahí hubiera cambiado la manera en que todos te ven.

sumidos por el placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora