capítulo 49

19.3K 1.7K 546
                                    

El ambiente entre Chris y yo dentro del ascensor era tenso en un buen sentido, la atracción sexual que había entre los dos a pesar del tiempo en que estuvimos distanciados por mi embarazo y a pesar de haber dado a luz a Archer no había desaparecido, al contrario, sentía que la ansiedad por volver a someterme y volver a ser sometida nos tenía a ambos casi insaciables, aún cuando físicamente ya no podíamos más. 

Lo observé a través del espejo del ascensor acercarse despacio a mí hasta colocarse detrás de mi cuerpo, acomodó sus enormes manos sobre mis caderas y empezó a acariciar la tela de mi vestido negro con sus dedos.

—¿Dónde está el borde de tu ropa interior? —me preguntó al oído con un poco de sorpresa.

—¿Qué ropa interior? —le pregunté de manera burlona.

—¿Acaso me estás insinuando que no llevas nada debajo de ese vestido?

—Estoy lastimada Chris, no tolero la ropa interior, además si ya me vas a castigar no le veo la necesidad a seguir tus ordenes.

Él no respondió, solo se alejó de mí de golpe y hundió el botón para detener el ascensor.

—Subirás ya mismo a colocarte ropa interior —me advirtió.

—No, me lastima y me hace daño —crucé los brazos.

—¿Acaso tener el culo destrozado no es suficiente para ti?

—¿Sucede algo, señor McGregor? —habló el vigilante desde el megáfono del ascensor.

—Si, estamos solucionando algo —le respondió Chris hundiendo un botón y luego soltándolo.

—Escucha —posé mis manos sobre sus hombros tratando de llegar a una tregua—. Me duele mucho mi pobre trasero, a duras penas puedo estar sentada y quiero estar cómoda un rato, no te preocupes, seré cuidadosa para que nadie vea lo que solo tú puedes ver.

—Faith, si se te llega a ver algo...

—Te enojaras, ya lo sé —puse los ojos en blanco.

—No —replicó tranquilamente—. Me burlaré de ti.

Pestañeé varias veces sin poder creérmelo, hasta que finalmente lo capté.

—¿Me harás pasar vergüenza y te burlarás si alguien lo llega a notar?

Chris asintió con la cabeza muy despacio.

—Así que te recomiendo que cruces y aprietes muy bien esas piernas.

Volvió a oprimir el botón para que el ascensor anduviera, me estaba manipulando para que me colocara ropa interior, lo podía notar en su expresión burlona pero no lo iba a conseguir, ni con todos sus juegos mentales lograría doblegarme, además no estaba exagerando, en serio me dolía.

Me arrojé al asiento del auto completamente agotada, la fricción de mis piernas contra mi sexo hinchado me estaba torturando y ni hablar de mis nalgas, estaba segura de que necesitaría mas hielo en lo que quedaba del día.

Mientras el Jeep avanzaba por la avenida yo trataba de acomodarme sobre el cuero, movía mis caderas de un lado al otro pero apenas si podía tolerarlo.

—Chris, detente en alguna farmacia y cómprame analgésicos —le pedí mirándolo.

—Eso te hará dormir —me miró con una ceja levantada.

—No lo tolero, me está doliendo demasiado, así que o te detienes o por esta noche no habrá más acción.

Chris soltó una risita burlona antes de asentir con la cabeza, se desvió un poco hasta llegar a una farmacia y se bajó del auto sin decir nada ¿Qué estaba planeando? ¿Por qué tan callado? Eso me parecía sospechoso, saqué mi teléfono un momento para revisar mis mensajes, debía enviar la pintura el lunes en la mañana junto con sus especificaciones, aún no lograba comprender porque Tadeus había cedido su lugar, le pregunté pero simplemente respondió "no me interesa" una respuesta que no me convenció para nada.

sumidos por el placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora