sumidos por el placer

capitulo 27

Pero a la una de la tarde yo aún no me quería despertar al igual que Chris, quien tenía su mano aferrada a mi cadera y su cabeza estaba detrás de la mía, podía sentir su mentón sobre mi cabeza, pero mis ojos se sentían tan pesados que no quería despertarme, intenté volver a dormir pero el hambre me estaba atacando y me hacia sentir incómoda.

—Chris, suéltame, debo pedir comida —le susurré.

Pero solo un suave gruñido salió de su garganta y me apretó más a su cuerpo.

—Oye, muévete, muero de hambre.

—Ya voy a comprar —murmuró él dándole un beso a mi coronilla.

—Pidamos a domicilio, no quiero moverme mucho.

Su mano soltó mi cadera y su brazo se estiró agarrando mi teléfono de la mesa de noche, encendí la pantalla y busqué el sitio de comida más cercano.

A las ocho de la noche me encontraba con Chris en la plaza principal del pueblo, todos nos observaban, absolutamente todos en el pueblo rumoreaban acerca de mi embarazo, mi relación un millonario, para mi desgracia no se decía nada bueno gracias a la madre de Gordon.

—Gracias a Dios solo nos quedaremos hasta mañana en la mañana —gruñó Chris rodeando mis hombros con sus brazos.

—Ignóralos mi Chris —le sugerí dándole un beso en la mejilla.

Después de comprar un poco de helado en un puesto nos sentamos justo en unas bancas, detrás de nosotras habían dos mujeres que reconocí rápidamente ya que asistían a la misma iglesia de mi familia.

—¿Escuchaste lo que dicen por ahí? —preguntó una de las mujeres a otra—. Sobre los Taylor...

Chris inmediatamente se giró para encararlas pero yo se lo impedí, no quería que discutiera con nadie, de por sí se sentía de mal humor aunque no sabía el porqué.

—Dicen que la hija utilizó a Gordon para conquistar al hijo de su jefe —contó una de las mujeres—. ¿Puedes creerlo? Un partidazo como Gordon...

—Pues ni tanto, con lo que le hizo su padre al banco.

—Pero ya lo explicaron, que eso lo hizo a espaldas de su familia ¿Y sabes qué es lo peor? Que ella engatusó al mayor de los Charles tambien, dicen que fue a su casa incluso a armar un escándalo, todo porque esa chica está embarazada ¿Puedes creerlo?

—¡En serio! Eso no lo sabía.

—Estoy harto —Chris se colocó de pie abruptamente asustando a las mujeres.

—¿Disculpe? —preguntó una de las mujeres fingiendo demencia.

—Vamos Chris —me levanté yo también—. Debemos ir a empacar.

—¡Oh Faith! No sabía que estabas aquí —dijo una de las mujeres con aparente inocencia.

—Váyase al diablo —le espeté de mal humor antes de empujar a Chris y alejarlo hasta la calle—. ¿Por qué estás de tan mal humor?

Pero él no dijo nada.

—Chris, habla.

—Es sobre Tadeus.

Yo pestañeé varias veces.

—¿Sobre qué?

—Faith, eres terrible mintiéndome ¿Lo sabías?

—Depende ¿Qué sabes tú?

—Mi hermana mayor y mi amigo se besaron en la fiesta de mi bebé ¿Concordamos?