capitulo 8

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Los medios de comunicación estaban enloquecidos con lo del asunto de la familia, tanto que incluso estaban asechando el edificio, dos reporteros permanentes junto con sus camarógrafos era lo que lograba observar desde el balcón mientras Chris discutía como loco con el portero y el administrador.

—Ya le dije señor McGregor, si quiere que ellos salgan de la propiedad tiene que colocar una denuncia y solicitar una orden de alejamiento.

—¿Escuchó algo de lo que le dije? —le preguntó Chris de manera sarcástica—. Ya lo hice y ese canal de televisión simplemente envió a otro reportero y a otro camarógrafo, necesito que los saquen del perímetro.

—Lo comprendemos señor pero—

—Estoy harto.

Yo giré la cabeza rápidamente, esas dos palabras no significaban algo bueno.

—¿Disculpe?

—Que estoy harto de sus negativas a darme una solución, estoy harto de que pretendan que yo solucione algo que les concierne a ustedes ya que para algo pago un buen sistema de seguridad y estoy harto de que sigamos teniendo esta conversación, llamaré a la empresa de bienes raíces.

Los dos hombres intercambiaron miradas completamente aterrados.

—Señor McGregor, no es necesario que usted haga eso, lo solucionaremos.

—Tiene veinticuatro horas para resolverlo —le advirtió Chris.

Los hombres salieron despavoridos del apartamento y acto seguido Chris soltó un pesado suspiro, yo camine hacia él y rodeé su cintura con mis brazos.

—¿Está todo bien? —le pregunté con ternura para tratar de relajarlo.

—Estoy volviéndome loco con todo esto —se giró para devolverme el abrazo—. ¿Estás lista?

Yo asentí con la cabeza antes darle un rápido beso en los labios, hoy sería el día en que iría a ver al obstetra, sería la primera ecografía que veríamos Chris y yo y a duras penas si podíamos salir del parqueadero, Leonard evitaba como podía al camarógrafo y al periodista que estaban esperando que saliéramos del parqueadero, para nuestra desgracia el jeep tuvo que frenar ya que un auto se atravesó cuando iba saliendo.

—¡Señor McGregor! —insistió la mujer golpeando el vidrio—. ¿Quién es la mujer? ¿Una novia?

—¡Rápido Leonard! —le exigió Chris al escolta.

El hombre no perdió tiempo, estuvo a punto de pisar el jardín con las llantas pero por suerte logramos salir de ahí y escapar de ellos.

—Que mujer tan impertinente —me quejé con fastidio.

—Necesito alejarlos de aquí porque apenas se te note el embarazo va a ser peor —dijo Chris sosteniendo mi mano.

—Solo deseo solucionar esto rápido.

No tuvimos que esperar mucho en el consultorio del doctor ya que, como era amigo de la familia y a petición de Chris el hombre solo nos atendería a nosotros en la tarde, mientras me atragantaba con agua para que mi vejiga se inflamara observaba a Chris, se veía nervioso sentado en esa silla, miraba hacia todos lados completamente perdido, incluso duró un rato analizando un letrero acerca de los cuidados de los bebés, respiré profundo y caminé hacia él, me senté a su lado y tomé su mano.

—Aterrador ¿Cierto? —me dijo sin mirarme.

—Más que aterrador.

Cuando sentí que en cualquier momento iba a orinarme encima Chris fue a avisar que ya estábamos listos, entramos agarrados de la mano y tuve que respirar profundo inmediatamente Chris cerró la puerta.

sumidos por el placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora