capitulo 24

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Dick y Lou finalmente aparecieron, ella se veía tan hermosa con su panza un poco más grande que la mía y Dick como siempre vestía de manera relajada.

—Juro que pensé que no vendrían —les dije antes de abrazarlos.

—Casi no venimos —me dijo Lou—. A Dick no le querían dar permiso.

—¿Por lo del juicio?

—Según el jefe ya estaba pidiendo demasiados permisos, pero el caballero padre de tu bebé lo arregló todo —me contestó Dick.

—¿Lo arregló? —giré mi cabeza para mirar a Chris, quien estaba hablando con Louis.

—Tu novio tiene más influencias de las que yo creía, eso me tiene sorprendido, pero él está dispuesto a hacer lo que sea para hacerte feliz asi que ¿Dónde está la comida?

Yo sonreí.

—Esa pregunta la esperaría de Lou.

—No te preocupes, me encargué de traerla satisfecha —me murmuró Dick con una sonrisa.

Inmediatamente Lou le dió un manotazo en el hombro y siguió de largo hasta la mesa de dulces.

—Ese tipo de comentarios los aprendí de tu novio —se burló Dick pasando por mi lado y alcanzándola para abrazarla.

Si, definitivamente extrañaba a esos dos.

Parxon y Karxon aparecieron a las once y media, fue una locura total, varías vecinas que hacía mucho no veía incluso asomaron sus cabezas cuando los dos atractivos británicos de cabellos rubios como el sol se descendieron elegantemente de un auto lujoso, vestidos con pantalones clásicos y unas camisetas de botones, sus dos primeros botones no estaban cerrados asi que sus fornidos pechos estaban visibles, se acercaron a nosotros con una sonrisa y entre los dos me estrecharon entre sus brazos.

—¡Hola Faith! —dijeron con emoción.

—¿Qué planean muchachos? —les pregunté al ver sus sonrisas cómplices.

Ambos se separaron al tiempo y me miraron con una sonrisa pícara.

—¡Nada! —encogieron los hombros.

—¡Dejen de planear maquiavélicas cosas y vengan a ayudar! —los regañó Leila.

Los dos muchachos soltaron un quejido antes de seguir hasta el jardín, yo rápidamente los perseguí, en ese momento Cristiana volvió a aparecer de la cocina pero, inmediatamente vio a los dos atractivos hombres se devolvió a toda prisa.

—Será un día largo —se quejó Chris a mi lado.

Yo le sonreí.

—¿Y sabes qué es lo peor? Aún faltan personas.

—¡Faith! ¡Ve a vestirte! —me exigió Lilyth—. ¡Ya están llegando los invitados!

—Nos vemos ahora mi Chris—. Me despedí un momento de Chris.

Cristiana corría por toda mi habitación completamente estresada y avergonzada, yo por mi parte la observaba desde el espejo del tocador algo extrañada por su reacción.

—Cálmate —le pedi.

—¡No puedo calmarme! ¿Por qué no me dijiste que eran asi de atractivos? ¡Oh Dios! ¡Eso fue tan vergonzoso! Parecía un maldito cerdo, sudada, sonrojada y acalorada ¡Necesito que me maquilles!

—¿Estás loca? A duras penas si me puedo agachar para colocarme los zapatos.

—¡Por favor Faith!

sumidos por el placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora