capitulo 21

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—Apareciste, maldito desgraciado —le dije de mal humor.

—¿De qué hablas? —me preguntó.

—¿Qué? ¿Acaso estoy diciendo una mentira?

—Esto es en serio Faith.

—¿Qué es en serio?

—¿Por qué te embarazaste? ¿Por qué hiciste eso?

Yo puse los ojos de blanco.

—¿Podrías dejar de ser tan dramático? —me llevé un poco de helado a la boca—. Es patético.

—Creo que cometiste un error, Faith.

—¿Y eso a mí qué me importa?

—¡¿No lo entiendes?! Eres una artista, una muy talentosa artista, un espíritu libre, dime algo ¿Volverás a pintar después de tener un hijo? ¿Crees qué la inspiración va a llegar con el llanto de un bebé resonando en tu oído?

—¡¿Cuál es tu problema?! —le grité—. ¡¿Y qué si eso sucede?! ¡No tengo porque responderte, imbécil!

—Faith tu—

—Mejor dime algo, David ¿la universidad sabe que adquiriste la pintura que mi hizo Abigail? ¿Qué tenias mi rostro en un lienzo colgado en tu habitación?

—¿Cómo supiste eso?

—¡La misma Abigail me lo dijo! Y déjame decirte que si Abigail lo sabe, probablemente tengas tus días contados en la universidad.

—Entiendo, no vas a entrar en razón.

—¿En razón de qué? ¿De qué hablas?

—No estás hecha para tener un bebé y una familia y cuando te aburras te arrepentirás de eso.

—Si me arrepiento o no, es mi problema, no tuyo, y te sugiero que borres mi número de teléfono o la próxima persona que te va a responder será Chris y créeme que él no está de humor para estos juegos al igual que yo, vete al diablo, todos en tu familia se pueden ir al diablo y de paso te llevas a Luke por favor.

—Faith, tú estás actuando como tonta.

—Y tú como un desesperado, pero no me interesa.

—Definitivamente eres una malagradesida.

—¿De qué diablos hablas? —le espeté.

—¿Acaso se te olvidó? En día de la presentación de tu tesis, como Chris te dejó sola ahí a merced de mi hermano ¿Por qué no intervino? Porque para él es mas importante que la prensa no sepa sus sucios secretos a su propia familia.

—Si, no se me olvida y tampoco se me olvida que nos hubiéramos ahorrado todo eso si hubieras mantenido tu boca cerrada.

—Necesitaba dejarle claro mi situación a mi hermano, y lo sabes.

—Yo no sé nada, David, lo único que sé es que estoy embarazada, mi helado se está derritiendo y esta conversación me tiene harta, adiós.

Colgué el teléfono y me arrojé nuevamente al sofá con mi helado en la mano, que tipo mas desagradable, todo el tiempo pensé que Gordon era un maldito pero David era mucho peor ¿Por qué diablos no me superaba? ¿Cuál era su obsesion conmigo?

—Chris por favor...

—No, él no tiene porque llamarte ¿Quién rayos le dio tu número? ¿Cómo te pudo contactar? Pero ya me harté.

—Chris...

—No me lo intentes impedir.

—Calma mi Chris.

sumidos por el placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora