capitulo 38

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CHRIS...

Ingresé junto con Faith a la estación, nuestras manos estaban fuertemente unidas y teníamos unas enormes sonrisas pintadas en nuestros rostros, sonrisas llenas de tranquilidad, cuando llegamos al final del pasillo Mika estaba ahí, esposada y apoyada a una pared, inmediatamente su mirada se encontró con la de Faith sus ojos se oscurecieron.

—Le dije que no se metiera conmigo, señora, se lo advertí.

Pero Mika no respondió.

—¿Lo ve? Salí victoriosa de las cenizas, ahora Chris y yo seremos una familia y usted... usted ya no será nada.

—A ti como a mí lo único que nos hace ser alguien es tener a un McGregor a tu lado, si no fuera por eso, no serías nadie.

Faith negó con la cabeza sin borrar la sonrisa de su rostro.

—Para que no se le olvide se lo diré claro y fuerte, mi nombre es Faith Mary Taylor, tengo veinticuatro años y soy licenciada en arte, tengo personas que aman y siguen mi trabajo y muy pronto seré profesora en una universidad al tiempo que haré enormes exposiciones mostrando mi trabajo, apréndase esa descripción de mí y recuerde a la mujer que le arruinó sus planes.

Faith me miró con una sonrisa pero antes de girarse centró su vista en Mika, se acercó a ella y le propinó un buen golpe en el rostro antes de que un policía se la llevara.

—Me lo debe —dijo con tranquilidad acercándose a mí.

Mi padre apareció acompañado por un policía y Terry, quien le brindó una sonrisa a Faith antes de centrar sus ojos en Mika.

—Faith, necesitamos que pongas la denuncia contra Leonard —le informó papá.

Ella asintió rápidamente antes de caminar con el policía hacia un rincón, mi padre se me acercó junto con Terry.

—¿Está todo listo? —pregunté nervioso.

—Si, ya está listo —me informó Terry.

—Bien.

Esperé a Faith en el auto acompañado de Terry, Dan por su parte fue a llevar a papá a la oficina ya que necesitaba firmar varios documentos, entre ellos poner a nombre de alguien la casa del abuelo, cuando Faith finalmente salió de la estación y se subió al auto me miró.

—¿Más tranquilo?

—Definitivamente más tranquilo.

Cuando llegamos a casa Cristiana estaba a punto de volverse loca, Archer acababa de despertarse y al parecer mi hijo había heredado una manía mía, solo podía dormir tranquilamente arrullado por su madre, inmediatamente cruzamos la puerta del ascensor Cristiana apareció frente a nosotros, Archer la tenía fuertemente agarrada del pelo y no dejaba de llorar.

—¡No se queden ahí de pie y ayúdenme! —gritó con desesperación haciéndome reír.

—Cálmate, ya llegué yo —la regañó Faith con suavidad antes de recibirle al bebé—, este pequeño tiene hambre así que —me lo estiró—. Debo ir a vestirme.

Archer solo lograba tranquilizarse conmigo cuando yo lo acostaba sobre mi pecho y le acariciaba la cabeza como lo hacía Faith, me arrojé al sofá y lo acomodé bajo la mirada atenta y divertida de Cristiana y de Dan.

—¿Qué? —pregunté de mal humor.

—Lo siento, ver a mi hermano con un bebé es aterrador —dijo Dan sentándose en una de las sillas de hierro.

—Y saber que ese niño estuvo dentro de mi hermana es más aterrador aún —se burló Cristiana antes de caminar hasta la cocina.

Pero por increíble que pareciera a mí no me resultaba aterrador, a este punto, con el bebé ya de casi dos meses lo veía más bien como algo mágico, algo que nació de una noche demasiado apasionada en vísperas de navidad.

sumidos por el placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora