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Escucho sus tacones antes de que Joan me llame para avisarme que Jackie está afuera.

—Me molesta que tenga que avisar que voy a entrar. Soy dueña también de este lugar, Alexandra.

Suspiro.—Si si, ya sabemos todos que eres dueña minoritaria...yo le dije a Joan que lo hiciera.

Pone sus ojos en blanco y la miro. Luce perfecta, a veces me pregunto si realmente es humana, ¿como le hace para tener tanto estilo, presencia, clase, y andar con las ultimas prendas de la moda? Es decir, soy diseñadora, pero creo que hace un tiempo deje de estar al tanto de cada tendencia, eso queda a los otros diseñadores, mientras que yo me encargo de mantener la empresa.

—Ya deja de mirarme, me estresas.

Alejo mis manos del correo en el que estaba trabajando.

—¿Y bien? ¿Ya tienes el informe?—asiente y me tiende un sobre amarillo, lo saco, luego lo leeré pero también hay gráficas.—¿Así va la última colección?

Sonríe victoriosa.—Así es y solo en ventas por línea. Creo que hemos hecho un home run con ese lanzamiento, Lexy.

Asiento de acuerdo, sin perder detalle de las ganancias, ventas, productos, y compradores.

—Ya veo, tomamos una buena decisión, ¿donde está Abraham?

Abraham Cameron es el vicepresidente de marketing, que seguro está orgulloso de si mismo con este trabajo.

—¿Esperando en la sala de juntas?

Demonios.—Cierto, hay junta.

Asiente.

Nos ponemos de pie, llevo los papeles conmigo y salimos de mi oficina.

—Soy tu mejor amiga, Lexy, necesito preguntarlo, aunque es una pregunta retórica.

Suspiro, creo que sé por donde va.—Joan, cuando termine la junta mándame mis siguientes compromisos, por favor.

Mi secretaria asiente y apunta en su libreta.—¿Se dieron sus besotes ese día, verdad? Joder, tu oficina olía a hormonas, feromonas, y todo lo terminado en monas quemadas. Parecía eso más bien un horno, y ese pan estaba casi listo.

La ignoro, sin poder evitar recordar eso y que mis mejillas se calienten.—Concéntrate, Jacqueline.

Suelta una carcajada.—¡No lo niegas! Por Dios, lo sabía.

Abro la puerta de la sala de juntas, somos las primeras en llegar, así que tomamos asiento, pido a Joan que nos traiga agua y alguna picada, los demás socios no deben tardar en llegar. Miro la silla que siempre está vacía, donde Hope se sentaba.

—Jackie...—Suelto la coleta en mi cabello, no aguanto la cabeza.

No deja de sonreír.—Me agrada, cuando te comas a ese solterazo quiero saberlo.

Carajo.—Mierda, Sono stupido, come ho fatto a dimenticare? merda

¿Como olvidé ese pequeño detalle?

No puedo dejar de pensar en el tamaño de cagada que acabo de hacer, olvidé que Evan Beily está comprometido.

Durante la reunión no escucho nada de lo que Jackie y otro socio dicen. Muevo mi pie incesantemente, necesito salir de aquí, tomarme una copa y luego golpear a ese estúpido hombre por ignorar ese detalle y venir a mi oficina, seducirme y...¡carajo!

Salgo disparada hacía mi auto cuando la reunión acaba, ya la noche está empezando a caer, voy directo a la dirección de su casa.

¿Como es que no lo recordé? Bueno, no es como que hubiese tenido tiempo de hacerlo, me abarcó, enredó y aturdió en segundos, y yo de estúpida ahí voy, dejo que se acerque, me toque y me bese, que idiota.

Bella Donna [COMPLETA]Where stories live. Discover now