U N O

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La noche siguiente, termino de vestirme, acomodo mis lentes, ojalá pudiera ponerme unos de contacto, sin embargo, soy tan distraído y poco delicado para usar esas cosas. Pongo loción, y saco las joyas que le darán el toque final a mi atuendo. Un fanatismo por los anillos y collares me perseguía desde la universidad.

Cuando estoy listo tomo la gabardina café larga y me la pongo, dejo que mi cabello haga lo que quiere, recibo un mensaje de Jack, diciendo que está abajo así que tomo las llaves y subo al elevador, posteriormente al auto.

—¿Quieres que me quede o que luego pase a recogerte?— Me lo pienso, espero que este desfile me dé algo bueno para escribir y un buen vino

—Creo que es más sencillo que esperes, pero puedes ir a comer mientras tanto o a dar una vuelta.—asiente y se vuelve a concentrar en el camino.

Al llegar a el lugar me sorprende lo bonito que está. Es un bonito edificio con toques antiguo, después de mostrar mi boleto, me guían hasta donde están reunidas más de cien personas. Varias chicas, con vestidos muy reveladores me sonríen con coquetería, les doy una sonrisa a boca cerrada.

Se ve todo muy bonito, tomo unas cuantas fotos con mi teléfono.

Camino con las manos metidas en los bolsillos, mirando absolutamente todo, hasta que casi choco con unos periodistas, quienes le hacen entrevista a una mujer muy guapa. Aburrido. Hasta ahora lo mejor que he visto son a las chicas de la entrada. Un mesero llega para hacerme la noche un poco menos aburrida y sin gracia, me ofrece una copa de vino tinto. Sabe delicioso.

Doy unas vueltas por el lugar hasta estar de nuevo con los periodistas. Solo que esta vez, molestaban a alguien con una entrevista. Me acerco un poco y mierda. ¿Quién diablos es esa mujer? Pregunto a un chico a mi lado, con tanta curiosidad como no sentí antes. A lo que él responde con su nombre.

¿Esa es Lexy Salvatore?

Carajo, las fotos que hay en internet no le hacen justicia. Indudablemente, ni un poco.

Me siento en mi lugar, o sea la primera fila, la observo, hasta que ella fija su mirada en mi, y con demasiada frialdad clara en sus ojos me sonríe, sin embargo, ninguna emoción en ese gesto, simplemente demasiado impersonal.

Las luces bajan, otras alumbran, una voz masculina presenta la colección, dando inicio a la pasarela y ella sonríe viendo a las modelos con las prendas. Eran buenos diseños. Parecía complacida. Da otro sorbo a su vino oscuro, al igual que el color del labial en sus labios, que la hace ver tan exótica.

Jesús, a donde vine a parar, con semejante mujer, en ese vestido que se pega a sus caderas. No puedo creer que nadie sea capaz de tomarle una sola foto que le haga un poco de justicia a lo hermosa que es.

Trato de concentrarme en el desfile, de hecho, lo consigo, tanto que no veo cuando se levanta de su asiento contrario al mío, después del lugar donde las chicas caminan.

El desfile acaba y la veo en el centro con un micrófono en sus manos, esperando a que los aplausos cesen. Rasco mi barbilla. Se veía tan hermosa pero tan fría. Parecía tan altiva, sofisticada.

Sonríe, falsamente, aunque al parecer nadie lo nota, y empieza a hablar con esa voz. Dulce, aterciopelada, delicada, y pecaminosa. Inspiraba deseo, quería oírla al oído.

—Buenas noches y gracias a todos por la oportunidad para Moda según Salvatore con esta nueva colección, que sin duda, es la más experimental, ya que como todos sabrán antes éramos solo ropa interior, con esto, y con su ayuda, será la mejor colección de la empresa. Un fuerte aplauso a Freddy Milton por los diseños.—un hombre se acerca a ella y besa su mejilla con demasiada delicadeza. Era obvia su inclinación hacía el sexo opuesto a la hermosa mujer que hace que me piquen los labios. Bebo de mi vino para calmar las ganas de hablarle y volver a escuchar su deliciosa voz.

—Gracias a Moda según Salvatore por esta nueva experiencia. Espero que disfruten de la champaña y pronto estarán los diseños en tiendas. ¡Buenas noches y gracias!

Todos aplauden, así que doy unas cuantas palmaditas. Dejo mi copa y sigo la dirección de los pasos de semejante dulce. La veo perderse entre la gente, así que abro paso. Dice unas cuantas palabras a las cámaras, luego se despide. La sigo hasta la recepción, donde una chica le tiende su cartera y su gabardina gris. Doy un guiño a la chica para que se vaya cuando estoy detrás de ella.

La calle alumbrada se veía menos fantástica, brillante y hermosa que la mujer que me aturde con su perfume. Mete su brazo a la chaqueta, veo la oportunidad y no dudo en tomarla. Sostengo la tela y la ayudo para terminar de ponerla en su lugar, cuando ha terminado, se gira y me da una mirada helada. Sonrío. Oh, vamos, nadie es tan frío realmente.

Peina su cabello rubio que se mete a su rostro por el viento.

—Buenas noches, Lexy.

Alza una de sus cejas, agregando a su lista de cualidades la arrogancia y soberbia.

—¿Y usted es...?

Tomo su mano, me mira un poco asustada. Sostengo sus dedos con suavidad, giro su mano delicadamente, con los ojos clavados en los suyos y alzo su mano, acaricio su palma.—Evan, un gusto grandísimo, señora Salvatore.

Llevo a mis labios. Los remojo un poco antes de besar sus nudillos. Me demoro un poco más, sin embargo, ella no se aparta, o no instantáneamente.

Sale del trance en cuanto me separo, retira su mano suavemente, vuelve a peinar su cabello y sonrío.

Acomodo mis lentes, repaso su cuerpo, su cuello largo, sus cabellos desordenados, sus clavículas, y un par de lunares regados a través de lo que su vestido me deja ver. Ella no se queda atrás, observa mis labios, mi barba y unos momentos mi pecho descubierto sutilmente.

Una camioneta se estaciona frente a nosotros, robándose el momento de miradas calientes que nos dábamos. Carraspea, sonríe de nuevo con ese gesto tan descortés a mi gusto.

—Señor, buenas noches.—Asiente suavemente, se gira pero antes de que ella se percate, camino rápido para abrirle la puerta. Parece sorprendida, así que sonrío mirando sus labios entreabiertos. ¿En qué piensa tanto mientras me mira los labios, señora Salvatore? ¿Deseo sucio y carnal por probarme? No tendría porqué avergonzarte, pues me muero por pasar un segundo siquiera pegado a tus labios color vino. Sacude la cabeza delicadamente para dejar de pensar en cosas pecaminosas que se le desbordan en los ojos tan lindos que se carga.

Da unos pasos para meterse por fin—para ella—a la camioneta, pero yo doy uno más y quedo muy cerca de su rostro. Sostengo suavemente su barbilla, beso su suave e impregnada de su aroma mejilla. Sacándole un sonidito de sorpresa.—Pase linda noche, y cuidado con lo malos sueños, Lexi.

Rehúye de mi, subiéndose al auto con demasiada rapidez, suelto una suave carcajada antes de cerrar su puerta.

Xx

Holaaa!
Buenas tardes/ noches o lo que sea.
Espero les guste.
Los amx♡

Bella Donna [COMPLETA]Where stories live. Discover now