C U A R E N T A Y S E I S

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Evan.

Durante las siguientes dos semanas me la paso como al principio, una maldita abstinencia mortal donde me encuentro hambriento todo el día, con dolores de cabeza y por momentos pensativo de más, he recibido regaños de Erica quien alega que hacer esos berrinches me quita lo encantador, sin embargo, mi falta de carisma por estos últimos días han ido en declive, la quiero cerca todo el tiempo, quiero sostenerla, besarla o solo mirarla por horas, la deseo pero también deseo creer en ella, y esa mínima parte me estropea la vida.

También he estado pensando y he llegado a la conclusión de que no es la primera vez que estoy así, lo fue con Sofía, cuando nuestro matrimonio se canceló pasé días sin comer, bebiendo, fumando hierba con los que creía eran mis amigos, resultó que uno de ellos embarazó a mi novia, y también recuerdo que la traté horrible, y que siempre he sido un imbécil cuando me hieren, supongo que es normal, feo, pero normal. Como dije, he tenido demasiado tiempo conmigo mismo, sin conversar con nadie más que con los pocos trabajadores que se acercan a mí y el anciano que me indica los avances de la villa todos y cada uno de los días, he concluido también que echo de menos sentirme como yo, extraño ser el hombre que escribía reportajes, extractos de ideas que querían o parecían poemas, así que tuve la idea de abrir nuevamente mi blog, para ser sincero llevo días sentado frente a la computadora solo mirando la invitación y el parpadeo infinito del cursor, incitándome, rogándome por moverlo con las letras, también abrí un archivo que lleva como nombre "La guerra desde la perspectiva de un soñador".

Y lo repito, lo hago una y otra vez, ese es el título de mi novela bélica, una por la cual estudié tanto, y siempre fue mi sueño, y básicamente es de un joven chico el cual fue enlistado sin consentimiento por su padre, quien también fue un soldado, y tuvo que hacerlo, pero desde que salió de casa rogaba por volver con su novia e hija de cinco meses, y cada día que se prepara sueña con el día de volver y verlas, sin embargo, una guerra se desata de pronto, el problema se agrava y tiene que ir al campo de batalla, y cada día soñaba con irse, con sostener a su hija, pero con cada minuto que pasaba en las trincheras, en operaciones, cada vez sus sueños eran menos brillantes, con su pequeña bebé teniendo sus mágicas primeras veces, caminar, comer, balbucear, sonreír, jugar, y entonces empezaba a soñar con morir, prefería eso, incluso a veces no distinguía entre la realidad y sus sueños.

Entre otras cosas esa idea siempre ha estado en mí, desarrollando el duro vivir de un soldado con las cosas que sacrifican la gran mayoría de ellos, entablar el problema entre estos dos bandos que deciden que es mejor matar a ciudadanos que arreglarlo decentemente, establecer los traumas y lo cruel que puede ser esto con la mente y la esperanza de alguien, como pierdes poco a poco la vida, tu rumbo fijo, y empieza a ser errático si no encuentras la fortaleza correcta en el momento correcto.

¿Cliché? Puede ser, pero en el fondo todas las historias, incluso las que alegan ser super innovadoras, son un cliché y eso no va a detenerme; mi padre siempre me dijo que no podía obligar a nadie a amar lo que escribo y la forma en lo que lo hago, que es mi don y nadie podía desmeritarme, cada palabra que saliera de mí era valiosa y quien no amara tanto eso como yo, entonces no valía la pena escuchar.

Tras todas mis conclusiones, la más importante es que soy un cobarde, y voy a adjuntar mi evidencia, porque cada día desde que tuve esa revelación, las recuerdo.

1. Huí de Chicago cuando sucedió lo de Sofía, me fui a New York, lo sustenté con que me había herido y era lo correcto.

2. Huí de Chicago porque empezaba a ser reconocido por mi nombre, y lo sustenté con que odio serlo.

3. Huí de Lexy, era lo correcto, ¿no?

4. En vez de afrontar mi falta de trabajo consiguiendo otro o siguiendo mi blog, huí.

Bella Donna [COMPLETA]Where stories live. Discover now