T R E I N T A

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Lexy.

Salgo de la habitación de Mía, luego de acostarla, y camino de vuelta a la cocina donde Evan y Martha conversan, ver que le agrada a Matt, a mi hija y a mi nana, me toca una fibra nerviosa.

Todavía tiemblo por nuestra conversación de anoche, y durante mi junta no pude dejar de pensar en cuan intimo y personal se sentía que él estuviera esperando por mi en casa, y la idea solo podía gustarme.

Martha alega estar cansada por lo que se retira a su habitación, dejándonos solos.

Evan me analiza.—¿Que sucede? Te siento distante.

Me acerco y él se ríe, toma mis caderas y tira de mi, hasta que estoy sentada sobre sus piernas, me sostiene con fuerza, sus manos envolviendo mi cuerpo, las mías se esconden en el cuello de su camisa.

—¿Que haces?

—¿Estás bien? ¿Tienes miedo? Habla conmigo, muñeca.—toca la punta de mi nariz y me pierdo, me hipnotizo en sus ojos, en el olor de su perfume y su forma de mirarme, me atrapó, me puso en una encrucijada desde el momento cero, cuando me vio en ese desfile.—¿Alexandra?

—Sí, tengo miedo, pero de mi misma, de mis pensamientos, deseos. No tiene nada que ver contigo, Evan.—sonríe con suavidad y me besa, suspiro por la calidez en esa caricia de sus labios, funde los metales de mis barreras con ello.

El timbre suena, haciéndome saltar del susto. Evan mira el reloj en la pared de la cocina que indica las 9:00 de la noche, por lo que recibir visita no es muy normal.

Me levanto, y él me sigue hasta la puerta.

—¿Quienes son esos?—Susurra a mi lado.

Suspiro.—Esos son mis padres.

Observa mi cuerpo tenso y acaricia mis hombros.

—Calma, ¿quieres que me vaya a la habitación y te deje hablar con ellos a solas?

Niego inmediatamente.—Sálvame.

Sonríe y se sienta en uno de los sillones, usando su teléfono, dándome apoyo pero también espacio.

Abro el portón, y ellos se acercan, papá sonríe y me alegra principalmente que no llegara con la susodicha esa.

—Buenas noches, padre, madre.

Dejo que Jan Carlo se acerque y me abrace, mamá solo mira con asco mi casa, ya que no suele pisar cerca de mi hogar.

Hai davvero dipinto la tua casa di quel colore orribile?

¿En serio pintaste tu casa de ese color tan horrible?

—Sono molto sicuro che se compro la mia casa posso dipingerla di qualsiasi colore mi piace.

Estoy muy segura de que si me compro mi casa puedo pintarla del color que me de la gana.

—Tesoro, non devi essere scortese con tua madre, sai com'è.

No hay necesidad de ser grosera con tu madre, sabes como es ella.

—No puedes venir a mi casa y decirme como pintar o no mi hogar, y eso no es ser grosero.

—No te estoy diciendo nada, Lexy, relájate, te vas a arrugar.

Suspiro.—Escúchame...

—¿Cariño, primero, nos vas a dejar pasar o tendremos que morir de frío aquí?

Me aparto y los dejo pasar, mi madre es la primera en enfocar a Evan, inmediatamente bate sus pestañas con coquetería. Mi padre carraspea.

—¿Y ese quien es? ¿No tienes sentido común? ¿Acaso estás engañando a Mauricio?

Bella Donna [COMPLETA]Where stories live. Discover now