C U A R E N T A Y U N O

116 13 9
                                    


Lexy.

Definitivamente estoy sudando, creo que jamás me había esforzado tanto en algo, incluso los trabajadores se asustan cada vez que me acerco a ayudarles, creen que soy un ser o mitológico o diabólico o eso escuché en los sanitarios, ningún diseñador se "ensucia" las manos.

—Jackie, ¿puedes hacer una de esas...—Trato de buscar la palabra.

—¿Una paja, un porro, una copa, una que?

La fulmino.—Que corriente eres por Dios—Se ríe a carcajadas.—¿Una storie? En esa cosa...¿instagram? Recordando comprar las últimas entradas para el desfile de hoy.

—Ya es tarde para eso, fui a la taquilla y dijeron que estábamos sold out.

Sonrío luego de suspirar, Jackie también sonríe a pesar de tener la mirada fija en su tablet.

—Estoy nerviosa.—Admito.—Tengo que tomar una larga ducha.

—¿Estás nerviosa por tu primera colección de ropa masculina y tu musa fue él, o porque vas a ver a...? —Deja su comentario a medias.—Evan Beily.

Mira tras de mí.—Deja de decir eso, Jackie, me dejas en evidencia.

—Buenas tardes.—Es todo lo que dice al llegar con nosotras, su saludo me saca un susto, él nisiquiera mira a Jackie, vagamente a mí, antes de aclarar su garganta y apretar los labios.—¿Puedo ver a Mía?

Aparta sus ojos y recorre con ellos todo el lugar. Un poco más atrás de él, se acerca su hermana junto a la que supongo es su representante. Le dije a Evan que iba a darle la oportunidad a su hermana de desfilar mi ropa, y entre otras cosas me gusta lo que ella hace y además quiero ganarme su confianza.

—Sasha.—asiento como saludo y ella me lanza una mirada afilada que se relaja cuando Evan la mira. Me acerco para estrechar su mano y suspira antes de tomarla.—Un gusto verte, Jackie va a hablar un poco contigo y luego podrás arreglarte para el desfile.

Asiente.—¿No es una entrevista?

Sonrío.—Digamos que ya estás dentro, lo único que falta es firmar algunas cosas y listo.

Asiente y Jackie, la representante y ella se retiran, dejándome con Evan, quien mira a todos lados menos a mí, cosa que logra ponerme los vellos de punta gracias al enojo.

—Sígueme.—Asiente y camina a mi lado. El silencio hace que mis oídos chillen así que decido hablar.—No me gusta que esté aquí metida, así que preparé un camerino para que ella y Martha estén cómodas.

Asiente de nuevo.

—Por aquí.—Señalo la puerta a su derecha y se detiene para abrirla.—Hola, preciosa.

Mi hija inmediatamente aparta la vista del televisor y me enfoca, más bien a ambos. Yo me dedico a observar la reacción de Evan, la sonrisa gentil, sus ojos hermosos se iluminan un poco y me quedo otra vez con la boca seca de envidia y de embelesamiento.

—¡Evan!—Mi hija salta para que él la suba y ríen mientras se funden en un abrazo fraternal. Martha se acerca y pone su mano en mi hombro, ella me conoce incluso mejor que yo.

Mía se baja de él y lo jala hasta que están sentado, él se ríe y me causa un estremecimiento escucharle hacer ese sonido.

Diablos, hija, no sabes cuan afortunada eres justo ahora.

Me siento casi al otro extremo de ellos a terminar de revisar detalles, luego de un par de horas, escucho a Mía sollozar.

—No llores, princesa Mía.—El suspira enternecido por causarle eso a mi hija.—Tengo que irme, tengo que ir a casa, me esperan mis amigos, mis animalitos.

Bella Donna [COMPLETA]Where stories live. Discover now