V E I N T I T R É S

148 11 0
                                    


Evan.

A poco más de unos 10 días para irme de España y retornar a Chicago, despertar sin Alexandra luego de su confesión, la cual debió ser dolorosa, me sorprende. Quiero pensar que no se asustó y huyó.

¿Podemos vernos hoy en mi oficina?

Xoxo.
AS.

Creo que alguien copió mi estilo de nota.

Sin duda alguna había sido una noche catastrófica, no solo por dejar sus sentimientos a mi cuidado, sino también por verla pasada de tragos, deseosa, y atrevida, esa, definitivamente era la perfecta descripción de catástrofe.

Sofía
Llamando...

—¿Que necesitas?

Hola, amor.

Bufo.—¿Que necesitas, Sofía?

Solo avisarte que voy a viajar a España en unos días.

—No quiero verte por aquí, ¿me oyes? Déjame en paz.

No puedo, yo te amo.

—Eso no lo pensabas cuando ibas a dejar que criara a un niño que nisiquiera era mío, y eso no es malo, lo malo es que pretendías tenerme engañado toda la vida.

Suspira.—Evan, hay que dejar el pasado en el pasado, yo quiero intentarlo, dame una oportunidad.

—¿Que quieres? ¿Un papá para tu hijo? ¿Dinero para pañales?

Solloza.—Lo perdí.

Mierda.—Es una pena, lo lamento, en serio. Sin embargo eso no cambia algo entre nosotros, así que no me hagas llegar a más, adiós, Sofía.

Si bien es cierto, el niño no era mío, en algún punto me emocionaba ser padre, y luego de descubrir lo que estaba haciendo Sofía, ese sueño solo se apagó, nunca deseé que algo le pasara al bebé.

Cuelgo y llamo a mi madre, ella era la única que sabía del lugar de mis vacaciones.

—¿Que hiciste? ¿Porque Sofía me llama avisándome que viene para acá?

Hola, hijo, yo también estoy bien.

—No estoy para juegos, habla con ella, ya que tanto te gusta hacerlo y dile que no venga, no quiero verla.—Sí, estoy siendo un total imbécil con mi madre, pero solo quería un tiempo tranquilo, y ahora mi ex novia loca viene a fastidiarme solo porque mi madre no pudo quedarse de mi lado.

Y entiendo que ella no supiera toda la historia, fui incapaz de hablar de ello cuando sucedió, así que solo les dije que se cancelaba todo y nadie hizo más preguntas.

Déjala que te explique las cosas.

—¡Se supone que deberías estar de mi parte, mamá! ¡No en contra!

Suspira.—Estoy de parte, amor, solo que quiero que oigas lo que tiene que decir.

—¡No quiero! ¡Ella me engañó, me traicionó y dejó que creyera que iba a ser padre de un niño que NI SIQUIERA ERA MÍO!—definitivamente eso se considera gritarle a tu madre. Y soltar esa información es tan liberador.

Un silencio se crea y supongo que está procesando la verdad.—Trataré de evitar que viaje.

—Bien.—Suspiro.—Y, oye, perdón por hablarte de esa forma.

Mi error, tranquilo.

Cuelgo y admito que estoy incómodo por como le hablé y por lo malditamente fastidiosa que puede ser Sofía.

Bella Donna [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora