T R E I N T A Y N U E V E

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Feliz cumpleaños ithzel94
DOBLE ACTUALIZACIÓN.

Evan.

Mierda.

Mierda.

Y más mierda.

Definitivamente me estoy dejando manipular por las suaves garras de la Salvatore más joven, lo cual también implica tener que estar cerca de la mayor de ellas.

Siento la mirada pesada de la señorita Bruces en mi espalda mientras la innombrable abre la puerta del departamento en el que llevan aquí unas semanas, Mía no suelta mi mano así que cuando me jala hacía dentro, me dejo hacer.

—¿Quieres ver una película? ¿Siii?

Le sonrío.—Todas las que quieras.

Grita y salta mientras espera que la ayuden a poner la película.

Durante la siguiente hora me siento emocionalmente cansado, Jackie, la sra. Sin nombre y Martha nos miran desde la otra punta de la habitación, puedo jurar que murmuran cosas sobre mí.

Ignoro todo lo demás hasta el anochecer, cuando Mía se queda dormida recostada a mí brazo, y es inevitable el momento en el que la innombrable esté cerca.

Martha es quien viene, parece incómoda, intenta mover a mi pequeña pero niego con mi cabeza, después de todo, Mía está muy grande y pesada, así que yo mismo la tomo en mis brazos y le pido a la mujer que me guíe hasta la habitación, donde la dejo sobre su cama. Mientras Martha quita sus zapatos, intento salir pero la oigo carraspear.

La observo, ella también lo hace.—¿Puede aceptar mis disculpas por la manera en que lo traté?

Suspiro, porque ciertamente, mi poco rencor no se direcciona hacía ella.

—No hay nada que disculpar, usted intentaba protegerlas.—asiente de acuerdo.

—Se ha vuelto un hombre de pocas palabras.—sonrío.

—No es que tenga con quien hablar aquí.

Ella también sonríe.—¿Usted realmente quiere a Mía?

Observo a la niña dormida tiernamente en su cama, con ese rostro angelical.

—Siempre he querido ser padre, Martha, ese deseo siempre ha vivido en mi corazón, y al encontrar a...Mía fue como una prueba de ello, la amo como si fuera mía, la amo como a la único más cercano a ser padre, puede dudar de mi como ser humano, como hombre, como periododista, lo que desee, cúlpeme de todo si así quiere, pero jamás dude de mi gran amor por Mía Alexander Salvatore.

Asiente y sigue con lo suyo, así que salgo de la habitación, busco mi abrigo para salir, sin importar que la innombrable esté frente a mí sin dejar de mirarme, parece que eso es su nuevo deporte favorito porque no para de hacerlo, ambos corremos a la habitación de Mía en cuanto escuchamos su llanto.

—¿Que pasa?—Pregunta la sra. sin nombre a Martha.

—Evan.—Lloriquea Mía, me acerco y espero a que Martha se separe para tomar su lugar al lado de Mía, quien inmediatamente vuelve a acurrucarse en mi pecho.—No quiero que te vayas otra vez.

Mierda.

Y mierda.

—No te preocupes, duérmete.—Martha se disculpa con la excusa de estar cansada, cosa que casi me saca la risa, y supongo que a la señora sin nombre también le pasa lo mismo porque ríe suavemente. Tarareo alguna canción para que por fin Mía pueda descansar y poder salir corriendo de este lugar que empieza a asfixiarme un poco. Trato de evitar mirar a la mujer que observa todo desde la puerta de la habitación de su hija, durante los siguientes veinte minutos, solo se escucha mi tarareo, hasta que decido que ya es hora de irme, me aseguro que esta vez la pequeña no vaya a levantarse.

Bella Donna [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora