XII: "María"

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Madeleine tuvo que salir de la mesa para ayudar a Amy a encargarse de los críticos, quienes tenían asuntos pendientes con ellas, dejando, para bien o para mal, solo al erizo con las dos chicas inusuales recién llegadas.

- Amy.

- La chica de rosa.

- Amelia Rose.

- La persona más linda del mundo.

Aún seguian interrogandolo, o al menos lo intentaban, luego de averiguar que Sonic era hijo de uno de los reyes de un mundo "mítico" y que fue uno de los más grandes guardias del reino Acorn, no habían podido averiguar nada más.

- Según Scourge este tipo era peligroso - murmuraba su singular amiga, María the Hedgehog, a Rouge, quien continuaba mirándolo fijamente, sin duda había algo en él, pero no parecía ser malo.

Así que, al no obtener nada más, comenzaron a averiguar su singular interés en su amiga, la gran Amy Rose.

- No hay que ser un experto para darse cuenta querido, te gusta - volvió a decir, aun cuando él no tenía intensiones de prestarle atención, su vista se situaba en Madeleine, aunque de vez en cuando se desviaba a Amy.

- ¿Es enserio? - preguntó Mighty, quien, si hubiera estado callado un rato más, habría desaparecido de sus vistas.

- Yo... No lo sé - soltó con cansancio mirándolo a los ojos - aunque se que ella y tú...

- ¿Yo? - se señaló a si mismo - solo somos amigos, aunque lamento decirte que alguien más robó su corazón.

- ¿Alguien más? - preguntó.

Ambas se miraron mutuamente, sabían que esto ocasionaria un gran desastre, pero se querían arriesgar, sobre todo, porque alguien saldría lastimado.

- Te diremos su nombre - comentó la albina - pero primero ve y sacala a bailar, se nota que quieres hacerlo.

- Te diremos su nombre - comentó la albina - pero primero ve y sacala a bailar, se nota que quieres hacerlo

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- Eso es asombroso, acordaré con mis chóferes para venir a recoger las piezas lo más pronto posible.

Habían cerrado otro trato más, algo simplemente increíble, ambas estaban felices, y ahora podían disfrutar de la fiesta.

- Disculpa - escuchó detrás de ella, revisó sobre su hombro divisando una mano enguantada, ni siquiera pudo escuchar la voz, no fue capaz de hacerlo, sólo podía sentir su estómago retorcerse y sus pies congelarse con ella en el suelo.

Shadow, era seguro, pensaba inconscientemente con sus sudorosas manos acurrucadas sobre su corazón, el cual amenazaba con salir de su pecho con el fuerte latir de un criminal que había sido atrapado a mitad de un robo.

- ¿Amy? - volvió a preguntar esa voz haciendola girar, mirando esos ojos jade, se había salvado (nuevamente) no era Shadow, sino Sonic.

- Lo siento - susurró aún con sus manos temblorosas, su imaginación le estaba jugando una mala pasada.

- ¿Quieres bailar? - preguntó tímidamente ofreciendo su mano, a lo cual, ella dudó por un segundo, pero no podía, la atracción que sentía, la intriga en querer descubrir más y más de ese ser insistían eufórica mente, entonces, cedió.

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- ¿No se supone que deberías estar en la entrada? - cuestionó fastidiado observando a su amigo de pelaje verdoso.

- Si pero... Tienes que... - entonces, lo cayó con un simple gesto, sus ojos rubies denotaban ira, tristeza, y su reflejo apuntaba a una dirección, seguirla era casi inútil pues sabía lo que encontraría al final de ella, solo que lo que observó fue mucho peor.

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𝔅𝔲𝔱𝔱𝔢𝔯𝔣𝔩𝔦𝔢𝔰 Where stories live. Discover now