XXIII: Acuerdos Y Declaraciones.

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Amy caminaba cuidadosamente por el lugar, parecía un descontrol total, aunque era una fiesta de Rouge, claro que iba a ser un desastre, pero al parecer sus expectativas se quedaban cortas con lo que se había vuelto ese lugar.

Una jungla salvaje, eso era lo que más le definía, aunque no se concentraría en eso, debía buscar a Scourge y a Knuckles, eso era lo que importaba.

Más, sin embargo, su mirada se detuvo al ver al azabache, estaba de pie, quieto en una ventana, mirando hacia afuera, estaba en el ventanal del piso de arriba, lejos de todo, como de costumbre; eso era lo que más le gustaba, que no fuera como el resto, eso lo hacía especial, pero ahora ella lo detestaba, odiaba estar cerca de él, pero, sin dudarlo, sus pies ya estaban caminando buscando acercarsele.

- ¿Rose? - se dijo en su mente al verla llegar, pero no divisó a Scourge, el plan era que el de verde la llevara hacia él, más su sorpresa fue grande al observar que ella había ido sola.

No le dijo nada, solo se paró a su lado y miró lo que él veía.

- ¿Te gusta?

- Es... Hermoso. - respondió ella perdida en el horizonte, desde ahí se lograban observar las estrellas en el firmamento y a lo lejos muchos edificios con sus luces destellantes; la bella ciudad de noche, digna para aquellos que nacieron en ella y se pasean en su reino bailando sin parar.

- No me refería al paisaje. - interrumpió mirándola con detenimiento.

- ¿eh?

Ambos permanecieron en silencio un buen rato acompañados de esa hermosa vista, era la ciudad de noche, algo simple, pero para ambos significaba mucho, fue en una noche como esa en la que se conocieron, en la que dieron su primer beso, su primera cita, todo.

- Se que amas el paisaje, te gusta la noche porque las luces de la ciudad la iluminan por completo, puedes ver las estrellas desde tu ventana u azotea y eres feliz con el cálido aroma de tu último café del día, amas la noche porque así eres tú, misteriosa pero alegre, cálida y a la vez fría; yo sé que amas todo eso, por eso cuando te pregunté si te gustaba, no me refería al paisaje. - soltó con un tono molesto mientras ella retrocedía un poco, nunca se lo había dicho, ella no sabía que recordaba todas esas cosas, pero lo hacía, ese no era el Shadow que conocía.

- Shadow. - dijo ella en voz baja.

- ¿Te gusta?, ¿te gusta ese farsante? - Realmente quería una respuesta sincera, si le decía que si, por dios que la dejaría en paz, tomaría todo y se iría, la amaba, claro, pero no perdería los estribos por alguien que ya no lo quería, no estaba tan loco. Pero, si ella dudaba o le decía que no, entonces esa sería su señal.

Le cuestionó en tono firme, ella de cierto modo amaba esa autoridad, pero ahora le molestaba.

- No... No es de tu interés. - contestó manteniendo la guardia arriba.

- Entonces, si te gusta. - respondió, aunque eso fue más para sí mismo; las mejillas de Amy estaban volviéndose coloradas y su habla se quería entorpecer, él era Shadow, si había alguien a quien no podía mentirle era a él, odiaba la forma en la que la conocía y decifraba tan bien.

- Muy bien, Rose, te voy a advertir esto solo una vez. - añadió con tono duro, sus ojos parecían tragarla viva y sus manos ahora se comprimían con fuerza en ambos puños, estaba molesto, y ahora esa furia la devoraría en un solo bocado. - aléjate de ese sin vergüenza de una vez por todas. - soltó sobre ella, como última advertencia, no podía cambiar su corazón pero al menos antes de irse se encargaría de hacerle saber quien era él en realidad.

 - soltó sobre ella, como última advertencia, no podía cambiar su corazón pero al menos antes de irse se encargaría de hacerle saber quien era él en realidad

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- ¿Cómo me encontrase? - cuestionó de forma calmada, después de todo ella ya ya estaba ahí, resistirse era casi inútil.

- Nuestro amigo en común me trajo aquí. - indicó ella dándole respuesta. - parece que quiere que te alejes de su novia, Sonic.

- ¿Cuál es el trato?

- Tú te alejas de Amy y vuelves conmigo al reino Acorn, ahí recibirás el castigo que mereces, sencillo.

- ¿Y qué si no quiero? - preguntó con tono sombrío.

- Nos quedamos aquí, revelaremos quién eres a todos, dudo que esa chica rosa acepte a un traidor por pareja. - sus ojos se centraban en él y el rostro de Sally solo podía asomarse con una sonrisa  victorioza, ella tenía todas las de ganar, ¿qué haría él?

- Terminar con toda tu reputación, todos tus logros, el amor, el respeto, todo se iría, lo sabes, supongo que unos años en prisión suenan menos atemorizantes que todo eso, ¿qué eliges, Sonic?

- Terminar con toda tu reputación, todos tus logros, el amor, el respeto, todo se iría, lo sabes, supongo que unos años en prisión suenan menos atemorizantes que todo eso, ¿qué eliges, Sonic?

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Sus manos estaban temblando, pero ésta vez no era de miedo, sino de fuerza, cuando presionas a alguien por mucho tiempo todas las emociones se guardan. En todo hay un límite, y ella había llegado al suyo.

- Shadow. - lo llamó, aunque su tono de voz era más frío de lo normal, él volteó de inmediato, sus ojos sangrientos se encontraron con los de ella, más ahora ya no podía intimidarla. - Tú me pediste que me fuera, me alejaste de tu vida, fuiste un asco, fuiste horrible, fuiste el peor novio que alguien podría tener, y ahora, ¿Crees que tienes derecho a decirme de quién puedo o no enamorarme? - cuestionó, su tono de voz era alto y sus manos ya no temblaban, sus ojos brillaban, pero no por miedo o llanto, no, esta vez era por intensidad. - tú me rompiste una vez, no dejaré que lo hagas de nuevo.

Dió la vuelta en forma calmada, podía jurar que el espacio era más lento, puesto que sus púas bailaban mientras daba cada paso, estaba a punto de parar hasta que sintió un fuerte jalón en su muñeca, ni si quiera pudo reaccionar cuando ya estaba de nuevo en sus brazos.

Ambas miradas encontradas, pero podía leer la suya, no estaba molesta, al contrario, la miraba admirado, con tanto esplendor que podía jurar que también la deseaba. - Esa es mi chica. - le dijo con ese tono sensual que solo él podía tener; había planteado ese escenario y se preparó mentalmente para no ceder a su locura, pero verla así, tan fuerte y decidida, hizo que la llama en su interior se encendiera más, le gustaba la Amy pasiva pero... esta nueva chica frente a él... le enloquecía de una manera extremadamente fuerte, haciendole imposible renunciar a ella. - me gusta cuando te pones así, mi rosa con espinas.

Entonces. La besó.

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𝔅𝔲𝔱𝔱𝔢𝔯𝔣𝔩𝔦𝔢𝔰  Where stories live. Discover now