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Sabía que su lobo era temperamental, la mayoría de los lobos en la manada lo eran, sin embargo, nunca se imaginó tener esta conducta explosiva como si fuese incapaz para él controlar sus emociones cuando estas simplemente se  sintieron demasiado, sobrellevándolo.

Estaba colapsando, incluso se le estaba dificultando controlar a su lobo.

Aunque, bueno, hace tiempo lo ha sabido, que siempre era así, siempre era así de demasiado cuando se trataba de él.

Era muy simple, Taehyung podía llevarlo a todos los extremos, desde la ira hasta la calma, desde la euforia a la miseria.

Cualquier estado que quisiera, el mayor lo llevaría sin problemas.

Como ahora, pasando desde no soportar esa sensación reprimida por aguantarse todas sus emociones, a una calma infinita que recibió su cuerpo cuando un brazo rodeó su cintura y una mano acopló su nuca, el aroma reconocible en su nariz acariciando su piel y envolviéndolo como si fuese la mejor medicina que ayudaría a relajarlo, todo de él volviéndose gelatina porque podía sentir a su lobo complacido de la cercanía con este vampiro, como si fuera todo el consuelo que necesitaba, que buscaba, el cariño por el cual su lobo aullaba.

Aunque sea mínimo, aunque sea nada, para Jungkook y su lobo parecía ser todo, porque Taehyung se sentía así, como si lo sujetara con esa seguridad inminente mientras él parecía estar derrumbándose.

Un nudo apretó su garganta al tan sólo pensar en eso.

Al tan sólo darse cuenta del significado que había tras ese sentimiento.

Porque varias fueron las veces que pasó observando su techo en las noches, sin poder dormir, preguntándose el por qué de las cosas, el porqué de sus propios sentimientos, el porqué de las emociones de su lobo, las reacciones de este y la forma en cómo su lobo sentía a Taehyung a un nivel demasiado íntimo.

Como si hubiesen formado un lazo.

Honestamente, nunca había experimentado la sensación con nadie más, ni siquiera con sus hermanos, las personas más cercanas que tenía.

Taehyung definitivamente no era cercano a él, por lo menos no a ese nivel, sin embargo, aquí estaba, apaciguado luego de explotar con su lobo alterado y ansioso al sentir la debilidad del otro como si fuera una segunda capa colándose en su piel, desvelándolo por las noches, haciendo a su lobo aullar, el sabor amargo de la angustia sabiéndole mal en la boca al caer en cuenta que el vampiro no quería su ayuda.

Joder.

No lo había entendido hasta ahora, en esta cercanía, con estos brazos rodeándole, el aroma, con el frío de su cuerpo acariciándole.

Lo entendió tan bien que no supo cómo reaccionar, cómo moverse, cómo actuar, qué decir.

Porque mientras Taehyung lo abrazaba así, lo arrullaba así, recitándole palabras de disculpas justo en la línea de su lóbulo, sus labios deslizándose suavemente por el trozo de piel que estaba tenía hirviendo en ese delicado tacto, Jungkook tuvo la respuesta tan clara como el agua.

No se trataba de su lobo viendo al vampiro como un compañero, como varias veces creyó, no gustándole la idea del todo porque se suponía que lo odiaba, ellos estaban destinados a odiarse, habían nacido para eso. Enemigos naturales, ir contra eso, era romper la naturaleza.

Sin embargo, Jungkook en este momento, mientras ocultaba su rostro contra el cuello del vampiro, aspirando por completo su aroma desde la fuente, entendió que el asunto era mucho más profundo que eso, algo que le aprieta el pecho de tan solo pensarlo, algo que le saca suspiros entrecortados, le tensa el cuerpo y hace sentir su estómago más caliente.

GRANATUM #2; taekookWhere stories live. Discover now