18 - iii

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Taehyung podría haber vivido un montón, pero nunca antes se había sentido tan harto y enfermo del tiempo.

Lo habían dejado solo por horas para que se "adaptara".

—Tsk, adaptación mi culo —murmuró para sí mismo, saliendo de la cama para colocarse de pie y levantando la mirada hacia la esquina superior de la habitación, donde había una pequeña cámara apuntando a su dirección.

Estrechó la vista y observó directamente hacia el visor.

¿Qué pasaría si la quemaba? ¿la habitación se llenaría de gente y lo volverían a llenar de esa cosa que lo hizo desmayar la vez anterior?

Se quedó observando por otros segundos más, quieto, sin mover ningún músculo y preguntándose divertido si el tipo que veía a través de la cámara estaba teniendo un colapso mental sobre si la imagen se pegó o no. Al final se resignó y volvió a sentarse.

Literalmente, sus últimas horas se resumían a esto, intentar no volverse loco y fuera de cordura mientras observaba un punto fijo en la pared esperando a que pasara el tiempo.

Joder.

Por supuesto que tiene que salir de ahí.

¿Pero cómo?

Las posibilidades eran tan escasas que simplemente se queda a esperar ese momento exacto para que se le presente una oportunidad. 

Taehyung era bueno en eso, no se creía una persona tan impulsiva llevada bajo sus propias emociones.

Aunque sabe que si piensa en él, la necesidad de romper la pared con sus manos y salir corriendo esperando lo que sea que la vida quiera, crecen y crecen en su interior como un impulso idiota y suicida. 

Así que se obliga a cerrar los ojos con fuerza y agitar un poco la cabeza, intentando que los pensamientos se dispersaran y desaparecieran de su mente.

Necesitaba calmarse, no traer situaciones y recuerdos que posiblemente le hagan perder el poco juicio que le quedaba.

En ese momento, hubo un ruido de teclas en la puerta y luego el ligero sonido de la cerradura siendo desbloqueada.

Por el umbral aparecieron tres personas, Choi Siwon y dos militares a los lados, cada uno sosteniendo un fusil de asalto que Taehyung sabía no tenía balas, sino que esa cosa cargada de minerales.

El solo recuerdo de sentir esa cosa recorrer su cuerpo le tensa por completo.

Sin embargo, su rostro se conserva inafectado por saber eso.

—Wow, mi visita favorita —dijo, sarcástico y con un tono seco—, Choi Siwon, qué alegría.

El hombre sonrió ligeramente, quizá incómodo ante su actitud fingida y sínica e ingresó a la habitación.

—¿Ha podido adaptarse bien, señor Kim?

—De lujo —Taehyung silbó, yendo hasta su cama para sentarse con un leve rebote, adoptando una postura relajada mientras le miraba—, aunque si me traen una Nintendo switch no me quejo, sabes.

Choi no respondió a su petición y Taehyung endureció la vista cuando el hombre simplemente le sostuvo la mirada, como si quisiera marcar presencia en él. 

Eso le cabreaba, mas se negaba a darle alguna muestra de sus emociones, orgulloso como es él, no iba a darle el lujo a este humano de creer que lo alteraba en cierto punto. 

GRANATUM #2; taekookWhere stories live. Discover now