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Taehyung se pregunta si el karma existe, o si hubo algo en su vida que haya hecho mal y que ahora está pagando.

Si tuviese la oportunidad, con gusto viajaría al pasado y enmendaría ese error, pero, definitivamente siente que no se merece todo lo que está viviendo.

Ahora se encuentra en una especie de gimnasio, un cuarto grande y no tan vacío como le gustaría estar. Si mira a su alrededor, las paredes que lo envuelven son de un color beige, casi blanco y brillante, las luces LED incrustadas al techo, dándole un aire estéril y de laboratorio, como todo el complejo en realidad.

Más que un gimnasio, Taehyung intuye que esto era una especie de cámara para llevar a cabo experimentos.

Un suspiro se oye tras su espalda, a metros de él.

—Como mencioné anteriormente, Taehyung-ssi, podemos hacer que esto sea una prueba que nos beneficie a ambos —Choi Siwon arrastró las palabras, lentamente, como si quisiera dar el tiempo necesario para que él entendiera sus intenciones, algo que Taehyung nunca haría porque el tipo estaba simplemente loco. Por lo mismo, ni siquiera se volteó a mirarlo, mantuvo su posición y su mirada al frente en todo momento, incluso cuando el hombre agregó—: tú decides, si hacemos esto por las buenas o por las malas...

Eso definitivamente le hizo reaccionar.

Se giró y le miró tras su hombro, alzando una perfecta ceja que desapareció bajo mechones marrones ondulados.

—¿Cómo se supone que esto me beneficia? —literalmente, Taehyung observaba a Choi como si le hubiese salido otra cabeza del cuello, él tipo estaba demente, y no había por donde imaginar cómo es que utilizar su poder podría beneficiarlo a él mismo cuando ya Taehyung es consciente de todo lo que es capaz.

Esto no es un viaje para descubrirse a sí mismo, es simplemente él atrapado entre un conjunto de maniáticos. Incluso sonaba como una película de terror.

Choi Siwon alzó el mentón.

—Podemos evaluar su capacidad, y así usted conoce el nivel de poder que posee, ¿no es curioso? —preguntó, sonriendo con suficiencia mientras inclinaba sutilmente la cabeza—, ¿no le interesa saber hasta dónde puede llegar?

Taehyung chasqueó la lengua.

—No necesito una prueba de mierda para conocer mi nivel —respondió, con una media sonrisa mientras volvía la cabeza hacia el frente, dando por terminada su conversación con él—, ya te dije, no voy hacerlo.

Y su mirada se volvió seria de nuevo, sus músculos tensos, no por sus palabras, sino por lo que ahora observaba, aquel lobo que se encontraba en la otra esquina de la habitación, encadenado en sus patas en un acto de retenerlo.

El gran animal observándolo como si él fuese su verdadero enemigo y no por lo que eran ambos: víctimas de la codicia de los humanos.

Quizá, en un tiempo atrás, Taehyung habría compartido la misma mirada que el lobo le da, pero ahora que ha convivido con los cambiaformas, no puede.

Además, insistía ver algo familiar en él, como si lo conociera de otra época, como si lo hubiese visto antes, lo cual es absurdo porque los primeros lobos que Taehyung conoció fueron los de la manada.

GRANATUM #2; taekookWhere stories live. Discover now