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Tenía un destino en particular y no pensaba en detenerse.

Las pisadas de Choi Siwon eran fuertes, tan retumbantes que hacían un eco que se perdía por el extenso pasillo por el cual se movía.

Soldados seguían su paso; jefes de altos mandos y científicos vestidos como él, todos guiados bajo su imponente presencia tras su espalda, dirigidos a un objetivo en particular.

Luego de abandonar la zona del casino, donde dejaron libre a Taehyung, él y sus hombres se movieron hacia el ala este del edificio, una zona que parecía no verse tan afectada aún por todos los ataques recibidos del exterior.

Honestamente, Choi no se veía tan conmocionado por los constantes ataques, era algo que tarde o temprano sabía iba a ocurrir. Es decir, el centro que había construido y en el cual llevaba años de investigación, era una zona ilegal que buscaba analizar y experimentar con otros tipos de razas que mantenían en prisión. Rompiendo cualquier tratado de paz formado entre las distintas razas que habitaban en el país.

Por supuesto que, un ataque de algún otro ente sobrenatural iba a ser esperado por ellos.

Sin embargo, la situación cambió completamente cuando hace sólo unos minutos atrás se le notificó por radio los verdaderos causantes de la explosión: miembros activos del gremio de cazadores de Seúl.

Activos miembros del gremio más grande Seúl eran los culpables del ataque.

El solo conocimiento de aquella información volvía las cosas incluso más interesantes.

Dejó de caminar cuando estuvo frente a una compuerta de metal, la cerradura con detector facial reconoció su rostro al instante, abriendo el mecanismo de la puerta y mostrando una sala de seguridad, llena de pantallas y monitores que mostraban distintas partes del edificio, tanto el interior como las zonas exteriores.

Caminó un par de metros para entrar, junto con el equipo que lo acompañaba, dejando varios soldados custodiando la entrada.

Choi pasó su vista por las diferentes pantallas, algunas en blanco, llenas de ruidos mientras informáticos intentaban volver a establecer la conexión; otras completamente limpias, mostrando el caos que parecía ser el exterior, y otras simplemente estáticas, como si la pantalla fuera una foto que representaba lo vacío de algunas partes del edificio.

—Señor —una presencia a su lado dijo, acercándose hasta tenderle una pantalla táctil. Bajó su vista y recibió el aparato con sus manos, frunciendo un poco el ceño cuando notó en la pequeña pantalla dos fotografías—, descubrimos las identidades de los integrantes del gremio —le dijo el soldado, el cual no se había movido de su lado. Choi no lo miró, agudizó la vista y se concentró en aquellos dos rostros que rodeaban los 25 y 30 años—, él es Jung Hoseok, es un cazador e hijo del político Jung Garam, el actual líder del gremio de cazadores.

Choi guardó silencio, observando el rostro del chico.

—¿Alguna razón del por qué estén atacando el complejo?

El soldado negó.

—No hemos encontrado motivo alguno, señor —le dijo—, los lazos entre el gremio y el gobierno son fuertes, Jung Garam es un político de excelencia y los cazadores son los mejores Centinelas que posee el gobierno a la hora de tratar con razas sobrenaturales, no hay motivos para ir contra los humanos.

—¿Qué hay de ese? —preguntó esta vez, apuntando la fotografía del hombre a su lado. El soldado agrandó la imagen, dejando a un chico notoriamente en sus veintes, un cabello castaño y perfectamente acomodado. El soldado carraspeó para encontrar su voz.

GRANATUM #2; taekookWhere stories live. Discover now