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Taehyung no dejó ir la mano de Jimin cuando pasaron por la carretera, cruzando la doble vía.

Jimin le miró sin decir nada, no sabiendo a qué quería llegar mientras lo llevaba por la zona del bosque de los humanos, donde estaba la casa de Yunho, su antigua casa.

Caminaron más allá de eso, más dentro del bosque y de pronto una sensación de aire puro le rodea los pulmones, como si antes hubiese estado caminando en una capa densa de humedad.

Aquí se podía respirar bien, y no tardó en darse cuenta que se trataba del aquelarre de las brujas.

Fue como haber entrado a un mundo paralelo.

La vista de lo que tenía ahí era hermosa.

Las pequeñas casitas, como cabañas, completamente adecuadas a la zona del bosque, como si no quisieran perturbar el curso natural de verde que los rodeada.

Más allá de ellas, había un pequeño claro, donde brujas jugaban, entrenaban o simplemente estaban, leyendo, conversando.

Ninguna pareció haberse perturbado por su presencia, tanto por la de Taehyung como la de Jimin, y la de Yoongi a metros tras ellos.

Taehyung se detuvo a metros del claro, donde el bonito lago de agua cristalina reflejaba los rayos del sol y pintaba de acuarela la montaña frente a ellos.

Jimin le miró.

—¿Por qué me has traído aquí?

Taehyung se giró a verlo y se mantuvo extrañamente callado, cosa que a Jimin preocupó, frunciendo el ceño mientras miraba a su hermano.

El vampiro quitó la vista y volvió a mirar hacia adelante. Sea lo que sea que estaba viendo, Jimin tuvo curiosidad también, siguiendo su mirada.

A lo lejos, estaba Yeji de pie frente a dos brujas que se sentaban sobre sus piernas, adornando con flores a un lobo.

Jimin lo reconoció, era el lobo salvaje que habían rescatado del laboratorio de los humanos.

Lo miró, curioso y el lobo al parecer sintió la presencia ajena, quienes no eran bienvenidos quizá, porque Jimin sabía lo hostil y territorial que pueden ser a veces, sin embargo, el lobo no hizo nada, simplemente clavó la mirada en ellos y no hizo nada más.

Jimin sintió una pequeña presión en el pecho.

No supo por qué. De alguna forma, a pesar de que el ambiente alrededor de las brujas le daba paz, como si la magia dispersa en el aire tuviera esa misión, se sentía nostálgico. Con el pecho apretado.

Realmente, no supo por qué.

Y el hecho de que su hermano no dijera nada, no ayudaba en absoluto.

Quizá, era la sensación que emanaba su hermano la que lo hacía sentir así, oprimido.

—¿Qué está pasando? —susurró, y su hermano le miró, sus ojos brillantes, como si cargaran una verdad y un dolor inmenso, cosa que es contraproducente porque Jimin sabe lo feliz que es su hermano con Jungkook, así que no entendía por qué le miraba con tanta pena y con tanta culpa—. ¿Taehyung?

Taehyung inspiró profundo y botó el aire luego.

—Ese lobo —comenzó, tragando poquito y completamente nervioso. Jimin no sabía por qué estaba así y no sabía qué hacer para dejar que su hermano pareciera como si cargara con demasiado dolor. Apretó su mano que aun sostenía en un indicador que lo esperaría todo el tiempo del mundo porque al parecer lo que quiere decir le duele. Taehyung negó como si estuviese luchando consigo mismo y volvió a tragar—. Ese lobo de ahí se llama Rhys. Con Yeji estuvimos buscando información de él, creemos que no es de acá, no de la región o del país. No sabemos nada de él. No mucho.

GRANATUM #2; taekookWhere stories live. Discover now