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Jungkook sacó varias láminas fotográficas de una carpeta, dejando el material plastificado sobre el pasto, frente a los niños de la guardería que rápidamente abrieron los ojos e hicieron un ruido de curiosidad a coro.

Le sacó una pequeña sonrisa.

No había hecho mucho, así que aprovechó de dar una pequeña clase instructiva sobre algunas plantas y flores venenosas que se encontraban dentro del bosque, las cuales ellos deberían conocer por cualquier motivo.

Era una clase simple de cómo identificar y qué hacer en caso de la ingesta de alguna de ellas; algo básico que se les enseñaba a todos los lobos de la manada y cada cierto tiempo porque siempre había nuevas especies que se integraban.

Lo ideal era instruirlos desde pequeños, ya que, al vivir en la naturaleza del bosque, muchas veces eran llevados a paseos en terreno, al lago o a las praderas, disfrutando del área silvestre en su forma de lobos porque alegraba y aligera la conducta de su animal en crecimiento.

Además, en su forma de lobo, tendían a morder todo.

Jungkook aún recuerda la vez que, a los diez años de edad, se intoxicó con una dedalera. Había estado jugando en su forma animal cuando arrancó la flor desde el tallo de un mordisco, comiéndosela sólo por curiosidad y porque la había confundido con otra especie de flor medicinal.

Había sido un caos, su corazón se detuvo por varios minutos y sólo logró sobrevivir porque su lobo alfa lo obligó a resistir el veneno, la voluntad de la fuerza de su animal de no abandonar a los suyos siendo lo único que logró hacer fluir la sangre por sus venas, volviendo su cuerpo adaptable a distintos venenos menos letales que aquella flor.

Ahora por supuesto se aseguraban que algo como eso no volviese a ocurrir porque el cuerpo de un niño no estaba preparado para resistir sustancias letales. Jungkook sabe que lo suyo fue pura suerte.

Por lo mismo, para hacer el aprendizaje más didáctico, sacó aquellas láminas gráficas, las cuales captó la curiosidad de todos de inmediato, los cachorros observando con ojos curiosos, algunos más emocionados que otros cuando Momo ofreció hojas y crayones para poder dibujarlas si así se les resultaba mucho más fácil reconocerlas luego.

Y él se quedó ahí, supervisándolos y observando a su alrededor, sin más que hacer, quizá su mente en otro lado, en otros recuerdos, su boca hormigueando de la nada, teniendo la necesidad de relamerse los labios, nervioso, cohibido.

De pronto, una de las niñas se sale del grupo y se acerca a él, sentándose a su lado.

Ella le sonrió sin decir nada, cómplice, como si estuviese riéndose de un secreto descubierto sobre él. Y no sabe por qué, pero se sintió de alguna forma avergonzado y expuesto bajo esa inocente mirada.

Le sonrió suave, empatizando con ella hasta que entendió el motivo de su sonrisa pícara, cuando los ojos de la pequeña bajaron a su cuello, antes de soltar una risita avergonzada.

—Su compañero debe quererlo mucho, tío Kukku...

Ella se tapó la boca con ambas manos, como si estuviera realmente cohibida de sus palabras y Jungkook sintió su boca seca, su lobo demasiado emocionado como para no evitar mover la colita incluso si sabe que son palabras llenas de inocencia.

—No entiendo de qué hablas... —susurró, negando suavemente aun cuando él sabe de lo que ella habla.

No es tonto, Dios, nadie es tonto en la manada y aunque aún no pasa una semana de haber sido mordido por Taehyung, todos miran el lateral de su cuello, específicamente donde él mordió y Jungkook siente todo su cuerpo llenarse de una sensación acogedora que fluye por sus huesos y le aprieta el pecho, no solo por ese momento, sino por lo que sucedió días después, específicamente ayer, cuando él no resistió un segundo más y escupió más de lo que debía, hizo más de lo que pensó que alguna vez haría y se siente como haber probado un trozo de cielo, y no estaba exagerando, porque intenso o no, así se sentía un toque de él, aunque fuera simple, aunque fuera nada, se sentía como todo y no le importa, es algo que se desborda de él porque el sentimiento es mucho más grande de lo que puede caber en su pecho.

GRANATUM #2; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora