26 - ii

10.6K 915 1.1K
                                    


10k+








Estaba oscuro, una corriente de aire húmedo atravesaba el camino a medida que avanzaban dentro de la cueva, lugar donde los lobos mantenían cautivos a sus prisioneros.

Una zona inhóspita y aislada, a kilómetros de distancia de la manada, como un lugar recóndito entre las pequeñas montañas que cruzaban la zona este del bosque.

Se sentía como si fuesen los primeros hombres dentro de la caverna, pero Taehyung sabe que es un lugar vigilado porque había dos capitanes ya esperándolos en la entrada.

Además, no se perdió de vista que, a lo lejos, se podía ver a un grupo de lobos salvajes rondando, los ojos fijos en ellos, como si estuviesen esperando a Yoongi que soltara la carnada, el alimento que serviría como comido para los próximos días.

Quizá había ocurrido antes, Taehyung no lo sabe, pero puede sospechar por la costumbre de esos animales en permanecer tan cerca de la zona, como si hubiesen aprendido que, tarde o temprano, algo de comida saldría para ellos desde las cuevas.

Yoongi había sido rápido en guiarlos hasta aquí. Luego de la reunión, Taehyung había quedado alterado, colérico sin poder reprimir demasiado sus emociones cuando el poder de su magia emanó de él, haciendo al resto sentir lo que sentía.

Sin embargo, nadie lo detuvo. Jungkook se había negado a apartarse de su lado y ahora los tres se encaminaban dentro del largo y estrecho pasillo que conformaba la primera parte de la cueva.

Seguía oscuro, apenas iluminado y gotas de agua caían de vez en cuando, a medida que avanzaban, dejando un eco profundo que se perdía con el sonido de sus propios pasos, estalactitas pintaban el techo de roca maciza y la temperatura del ambiente iba bajando sus grados.

Taehyung agudizó su visión, y por la forma común de caminar de Jungkook y Yoongi, sin un estado de alerta consciente como él, supo que ambos ya habían frecuentado la zona.

Y es que era obvio, Jungkook había vivido toda su vida en la manada, y tarde o temprano, por lo que Taehyung tenía entendido, asumiría su rol como alfa; por supuesto Yoongi, se encargaría de mostrarle todos los aspectos del bosque y la manada.

Incluso los más crudos.

A pesar de lo sumergido que iba en sus pensamientos, era muy consciente del lugar, por lo que no tardó en darse cuenta que, a pesar de la oscuridad, habían pasado ya varios pasillos, y varias puertas de aspecto tosco y antaño.

El lugar se asemejaba a unas catacumbas y Taehyung se pregunta qué tan amplio es el recinto como para lucir casi como un laberinto.

Cualquier prisionero de raza humana que permanezca aquí, estaría muerto mucho antes de encontrar si quiera el camino correcto hacia la salida.

Incluso para un ser sobrenatural, habían doblado tantas veces que Taehyung perdió la cuenta, además, las corrientes de aire eran tan dispersas que el aroma a moho y acre confundían y lo obligaban a arrugar su nariz de vez en cuanto.

Estaba seguro que Yoongi se sabía el maldito lugar de memoria.

Después de unos varios minutos, haciendo el mismo recorrido, Yoongi se detuvo.

GRANATUM #2; taekookWhere stories live. Discover now